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SOLUCIONES A DIVERSOS PROBLEMAS (1Cor.7,1-14,40)

 

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1 Corintios 7

1 En cuanto a lo que me habéis escrito, bien le está al hombre abstenerse de mujer.

2 No obstante, por razón de la impureza, tenga cada hombre su mujer, y cada mujer su marido.

3 Que el marido dé a su mujer lo que debe y la mujer de igual modo a su marido.

4 No dispone la mujer de su cuerpo, sino el marido. Igualmente, el marido no dispone de su cuerpo, sino la mujer.

5 No os neguéis el uno al otro sino de mutuo acuerdo, por cierto tiempo, para daros a la oración; luego, volved a estar juntos, para que Satanás no os tiente por vuestra incontinencia.

6 Lo que os digo es una concesión, no un mandato.

7 Mi deseo sería que todos los hombres fueran como yo; mas cada cual tiene de Dios su gracia particular: unos de una manera, otros de otra.

8 No obstante, digo a los célibes y a las viudas: Bien les está quedarse como yo.

9 Pero si no pueden contenerse, que se casen; mejor es casarse que abrasarse.

10 En cuanto a los casados, les ordeno, no yo sino el Señor: que la mujer no se separe del marido,

11 mas en el caso de separarse, que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su marido, y que el marido no despida a su mujer.

12 En cuanto a los demás, digo yo, no el Señor: Si un hermano tiene una mujer no creyente y ella consiente en vivir con él, no la despida.

13 Y si una mujer tiene un marido no creyente y él consiente en vivir con ella, no le despida.

14 Pues el marido no creyente queda santificado por su mujer, y la mujer no creyente queda santificada por el marido creyente. De otro modo, vuestros hijos serían impuros, mas ahora son santos.

15 Pero si la parte no creyente quiere separarse, que se separe, en ese caso el hermano o la hermana no están ligados: para vivir en paz os llamó el Señor.

16 Pues ¿qué sabes tú, mujer, si salvarás a tu marido? Y ¿qué sabes tú, marido, si salvarás a tu mujer?

17 Por lo demás, que cada cual viva conforme le ha asignado el Señor, cada cual como le ha llamado Dios. Es lo que ordeno en todas las Iglesias.

18 ¿Que fue uno llamado siendo circunciso? No rehaga su prepucio. ¿Que fue llamado siendo incircunciso? No se circuncide.

19 La circuncisión es nada, y nada la incircuncisión; lo que importa es el cumplimiento de los mandamientos de Dios.

20 Que permanezca cada cual tal como le halló la llamada de Dios.

21 ¿Eras esclavo cuando fuiste llamado? No te preocupes. Y aunque puedas hacerte libre, aprovecha más bien tu condición de esclavo.

22 Pues el que recibió la llamada del Señor siendo esclavo, es un liberto del Señor; igualmente, el que era libre cuando recibió la llamada, es un esclavo de Cristo.

23 ¡Habéis sido bien comprados! No os hagáis esclavos de los hombres.

24 Hermanos, permanezca cada cual ante Dios en el estado en que fue llamado.

25 Acerca de la virginidad no tengo precepto del Señor. Doy, no obstante, un consejo, como quien, por la misericordia de Dios, es digno de crédito.

26 Por tanto, pienso que es cosa buena, a causa de la necesidad presente, quedarse el hombre así.

27 ¿Estás unido a una mujer? No busques la separación. ¿No estás unido a mujer? No la busques.

28 Mas, si te casas, no pecas. Y, si la joven se casa, no peca. Pero todos ellos tendrán su tribulación en la carne, que yo quisiera evitaros.

29 Os digo, pues, hermanos: El tiempo es corto. Por tanto, los que tienen mujer, vivan como si no la tuviesen.

30 Los que lloran, como si no llorasen. Los que están alegres, como si no lo estuviesen. Los que compran, como si no poseyesen.

31 Los que disfrutan del mundo, como si no disfrutasen. Porque la apariencia de este mundo pasa.

32 Yo os quisiera libres de preocupaciones. El no casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor.

33 El casado se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer;

34 está por tanto dividido. La mujer no casada, lo mismo que la doncella, se preocupa de las cosas del Señor, de ser santa en el cuerpo y en el espíritu. Mas la casada se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.

35 Os digo esto para vuestro provecho, no para tenderos un lazo, sino para moveros a lo más digno y al trato asiduo con el Señor, sin división.

36 Pero si alguno teme faltar a la conveniencia respecto de su novia, por estar en la flor de la edad, y conviene actuar en consecuencia, haga lo que quiera: no peca, cásense.

37 Mas el que ha tomado una firme decisión en su corazón, y sin presión alguna, y en pleno uso de su libertad está resuelto en su interior a respetar a su novia, hará bien.

38 Por tanto, el que se casa con su novia, obra bien. Y el que no se casa, obra mejor.

39 La mujer está ligada a su marido mientras él viva; mas una vez muerto el marido, queda libre para casarse con quien quiera, pero sólo en el Señor.

40 Sin embargo, será feliz si permanece así según mi consejo; que también yo creo tener el Espíritu de Dios.

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1 Corintios 8

1 Respecto a lo inmolado a los ídolos, es cosa sabida, pues todos tenemos ciencia. Pero la ciencia hincha, el amor en cambio edifica.

2 Si alguien cree conocer algo, aún no lo conoce como se debe conocer.

3 Mas si uno ama a Dios, ése es conocido por él.

4 Ahora bien, respecto del comer lo sacrificado a los ídolos, sabemos que el ídolo no es nada en el mundo y no hay más que un único Dios.

5 Pues aun cuando se les dé el nombre de dioses, bien en el cielo bien en la tierra, de forma que hay multitud de dioses y de señores,

6 para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y para el cual somos; y un solo Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por el cual somos nosotros.

7 Mas no todos tienen este conocimiento. Pues algunos, acostumbrados hasta ahora al ídolo, comen la carne como sacrificada a los ídolos, y su conciencia, que es débil, se mancha.

8 No es ciertamente la comida lo que nos acercará a Dios. Ni somos menos porque no comamos, ni somos más porque comamos.

9 Pero tened cuidado que esa vuestra libertad no sirva de tropiezo a los débiles.

10 En efecto, si alguien te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un templo de ídolos, ¿no se creerá autorizado por su conciencia, que es débil, a comer de lo sacrificado a los ídolos?

11 Y por tu conocimiento se pierde el débil: ¡el hermano por quien murió Cristo!

12 Y pecando así contra vuestros hermanos, hiriendo su conciencia, que es débil, pecáis contra Cristo.

13 Por tanto, si un alimento causa escándalo a mi hermano, nunca comeré carne para no dar escándalo a mi hermano.

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1 Corintios 9

1 ¿No soy yo libre? ¿No soy yo apóstol? ¿Acaso no he visto yo a Jesús, Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?

2 Si para otros no soy yo apóstol, para vosotros sí que lo soy; pues ¡vosotros sois el sello de mi apostolado en el Señor!

3 He aquí mi defensa contra mis acusadores.

4 ¿Por ventura no tenemos derecho a comer y beber?

5 ¿No tenemos derecho a llevar con nosotros una mujer cristiana, como los demás apóstoles y los hermanos del Señor y Cefas?

6 ¿Acaso únicamente Bernabé y yo estamos privados del derecho de no trabajar?

7 ¿Quién ha militado alguna vez a cosa propia? ¿Quién planta una viña y no come de sus frutos? ¿Quién apacienta un rebaño y no se alimenta de la leche del rebaño?

8 ¿Hablo acaso al modo humano o no lo dice también la Ley?

9 Porque está escrito en la Ley de Moisés: = «No pondrás bozal al buey que trilla.» = ¿Es que se preocupa Dios de los bueyes?

10 O bien, ¿no lo dice expresamente por nosotros? Por nosotros ciertamente se escribió, pues el que ara, en esperanza debe arar; y el que trilla, con la esperanza de recibir su parte.

11 Si en vosotros hemos sembrado bienes espirituales, ¡qué mucho que recojamos de vosotros bienes materiales!

12 Si otros tienen estos derechos sobre vosotros, ¿no los tenemos más nosotros? Sin embargo, nunca hemos hecho uso de estos derechos. Al contrario, todo lo soportamos para no crear obstáculo alguno al Evangelio de Cristo.

13 ¿No sabéis que los ministros del templo viven del templo? ¿Que los que sirven al altar, del altar participan?

14 Del mismo modo, también el Señor ha ordenado que los que predican el Evangelio vivan del Evangelio.

15 Mas yo, de ninguno de esos derechos he hecho uso. Y no escribo esto para que se haga así conmigo. ¡Antes morir que...! Mi timbre de gloria ¡nadie lo eliminará!

16 Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe. Y ¡ay de mí si no predicara el Evangelio!

17 Si lo hiciera por propia iniciativa, ciertamente tendría derecho a una recompensa. Mas si lo hago forzado, es una misión que se me ha confiado.

18 Ahora bien, ¿cuál es mi recompensa? Predicar el Evangelio entregándolo gratuitamente, renunciando al derecho que me confiere el Evangelio.

19 Efectivamente, siendo libre de todos, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más que pueda.

20 Con los judíos me he hecho judío para ganar a los judíos; con los que están bajo la Ley, como quien está bajo la Ley - aun sin estarlo - para ganar a los que están bajo ella.

21 Con los que están sin ley, como quien está sin ley para ganar a los que están sin ley, no estando yo sin ley de Dios sino bajo la ley de Cristo.

22 Me he hecho débil con los débiles para ganar a los débiles. Me he hecho todo a todos para salvar a toda costa a algunos.

23 Y todo esto lo hago por el Evangelio para ser partícipe del mismo.

24 ¿No sabéis que en las carreras del estadio todos corren, mas uno solo recibe el premio? ¡Corred de manera que lo consigáis!

25 Los atletas se privan de todo; y eso ¡por una corona corruptible!; nosotros, en cambio, por una incorruptible.

26 Así pues, yo corro, no como a la ventura; y ejerzo el pugilato, no como dando golpes en el vacío,

27 sino que golpeo mi cuerpo y lo esclavizo; no sea que, habiendo proclamado a los demás, resulte yo mismo descalificado.

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1 Corintios 10

1 No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron el mar;

2 y todos fueron bautizados en Moisés, por la nube y el mar;

3 y todos comieron el mismo alimento espiritual;

4 y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que les seguía; y la roca era Cristo.

5 Pero la mayoría de ellos no fueron del agrado de Dios, pues sus cuerpos = quedaron tendidos en el desierto. =

6 Estas cosas sucedieron en figura para nosotros para que no codiciemos lo malo como ellos lo codiciaron.

7 No os hagáis idólatras al igual de algunos de ellos, como dice la Escritura: = «Sentóse el pueblo a comer y a beber y se levantó a divertirse.» =

8 Ni forniquemos como algunos de ellos fornicaron y cayeron muertos 23.000 en un solo día.

9 Ni tentemos al Señor como algunos de ellos le tentaron y perecieron víctimas de las serpientes.

10 Ni murmuréis como algunos de ellos murmuraron y perecieron bajo el Exterminador.

11 Todo esto les acontecía en figura, y fue escrito para aviso de los que hemos llegado a la plenitud de los tiempos.

12 Así pues, el que crea estar en pie, mire no caiga.

13 No habéis sufrido tentación superior a la medida humana. Y fiel es Dios que no permitirá seáis tentados sobre vuestras fuerzas. Antes bien, con la tentación os dará modo de poderla resistir con éxito.

14 Por eso, queridos, huid de la idolatría.

15 Os hablo como a prudentes. Juzgad vosotros lo que digo.

16 La copa de bendición que bendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?

17 Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan.

18 Fijaos en el Israel según la carne. Los que comen de las víctimas ¿no están acaso en comunión con el altar?

19 ¿Qué digo, pues? ¿Que lo inmolado a los ídolos es algo? O ¿que los ídolos son algo?

20 Pero si lo que inmolan los gentiles, = ¡lo inmolan a los demonios y no a Dios! = Y yo no quiero que entréis en comunión con los demonios.

21 No podéis beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios. No podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios.

22 ¿O es que queremos provocar los celos del Señor? ¿Somos acaso más fuertes que él?

23 «Todo es lícito», mas no todo es conveniente. «Todo es lícito», mas no todo edifica.

24 Que nadie procure su propio interés, sino el de los demás.

25 Comed todo lo que se vende en el mercado sin plantearos cuestiones de conciencia;

26 pues = del Señor es la tierra y todo cuanto contiene. =

27 Si un infiel os invita y vosotros aceptáis, comed todo lo que os presente sin plantearos cuestiones de conciencia.

28 Mas si alguien os dice: «Esto ha sido ofrecido en sacrificio», no lo comáis, a causa del que lo advirtió y por motivos de conciencia.

29 No me refiero a tu conciencia, sino a la del otro; pues ¿cómo va a ser juzgada la libertad de mi conciencia por una conciencia ajena?

30 Si yo tomo algo dando gracias, ¿por qué voy a ser reprendido por aquello mismo que tomo dando gracias?

31 Por tanto, ya comáis, ya bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios.

32 No deis escándalo ni a judíos ni a griegos ni a la Iglesia de Dios;

33 lo mismo que yo, que me esfuerzo por agradar a todos en todo, sin procurar mi propio interés, sino el de la mayoría, para que se salven.

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1 Corintios 11

1 Sed mis imitadores, como lo soy de Cristo.

2 Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mí y conserváis las tradiciones tal como os las he transmitido.

3 Sin embargo, quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo; y la cabeza de la mujer es el hombre; y la cabeza de Cristo es Dios.

4 Todo hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta a su cabeza.

5 Y toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta a su cabeza; es como si estuviera rapada.

6 Por tanto, si una mujer no se cubre la cabeza, que se corte el pelo. Y si es afrentoso para una mujer cortarse el pelo o raparse, ¡que se cubra!

7 El hombre no debe cubrirse la cabeza, pues es imagen y reflejo de Dios; pero la mujer es reflejo del hombre.

8 En efecto, no procede el hombre de la mujer, sino la mujer del hombre.

9 Ni fue creado el hombre por razón de la mujer, sino la mujer por razón del hombre.

10 He ahí por qué debe llevar la mujer sobre la cabeza una señal de sujeción por razón de los ángeles.

11 Por lo demás, ni la mujer sin el hombre, ni el hombre sin la mujer, en el Señor.

12 Porque si la mujer procede del hombre, el hombre, a su vez, nace mediante la mujer. Y todo proviene de Dios.

13 Juzgad por vosotros mismos. ¿Está bien que la mujer ore a Dios con la cabeza descubierta?

14 ¿No os enseña la misma naturaleza que es una afrenta para el hombre la cabellera,

15 mientras es una gloria para la mujer la cabellera? En efecto, la cabellera le ha sido dada a modo de velo.

16 De todos modos, si alguien quiere discutir, no es ésa nuestra costumbre ni la de las Iglesias de Dios.

17 Y al dar estas disposiciones, no os alabo, porque vuestras reuniones son más para mal que para bien.

18 Pues, ante todo, oigo que, al reuniros en la asamblea, hay entre vosotros divisiones, y lo creo en parte.

19 Desde luego, tiene que haber entre vosotros también disensiones, para que se ponga de manifiesto quiénes son de probada virtud entre vosotros.

20 Cuando os reunís, pues, en común, eso ya no es comer la Cena del Señor;

21 porque cada uno come primero su propia cena, y mientras uno pasa hambre, otro se embriaga.

22 ¿No tenéis casas para comer y beber? ¿O es que despreciáis a la Iglesia de Dios y avergonzáis a los que no tienen? ¿Qué voy a deciros? ¿Alabaros? ¡En eso no los alabo!

23 Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,

24 y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío.»

25 Asimismo también la copa después de cenar diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en recuerdo mío.»

26 Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga.

27 Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor.

28 Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa.

29 Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo.

30 Por eso hay entre vosotros muchos enfermos y muchos débiles, y mueren no pocos.

31 Si nos juzgásemos a nosotros mismos, no seríamos castigados.

32 Mas, al ser castigados, somos corregidos por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

33 Así pues, hermanos míos, cuando os reunáis para la Cena, esperaos los unos a los otros.

34 Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, a fin de que no os reunáis para castigo vuestro. Lo demás lo dispondré cuando vaya.

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1 Corintios 12

1 En cuanto a los dones espirituales, no quiero, hermanos, que estéis en la ignorancia.

2 Sabéis que cuando erais gentiles, os dejabais arrastrar ciegamente hacia los ídolos mudos.

3 Por eso os hago saber que nadie, hablando con el Espíritu de Dios, puede decir: «¡Anatema es Jesús!»; y nadie puede decir: «¡Jesús es Señor!» sino con el Espíritu Santo.

4 Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo;

5 diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo;

6 diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que obra en todos.

7 A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común,

8 Porque a uno se le da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;

9 a otro, fe, en el mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones, en el único Espíritu;

10 a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, don de interpretarlas.

11 Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad.

12 Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo.

13 Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo, judíos y griegos, esclavos y libres. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

14 Así también el cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos.

15 Si dijera el pie: «Puesto que no soy mano, yo no soy del cuerpo» ¿dejaría de ser parte del cuerpo por eso?

16 Y si el oído dijera: «Puesto que no soy ojo, no soy del cuerpo» ¿dejaría de ser parte del cuerpo por eso?

17 Si todo el cuerpo fuera ojo ¿dónde quedaría el oído? Y si fuera todo oído ¿donde el olfato?

18 Ahora bien, Dios puso cada uno de los miembros en el cuerpo según su voluntad.

19 Si todo fuera un solo miembro ¿dónde quedaría el cuerpo?

20 Ahora bien, muchos son los miembros, mas uno el cuerpo.

21 Y no puede el ojo decir a la mano: «¡No te necesito!» Ni la cabeza a los pies: «¡No os necesito!»

22 Más bien los miembros del cuerpo que tenemos por más débiles, son indispensables.

23 Y a los que nos parecen los más viles del cuerpo, los rodeamos de mayor honor. Así a nuestras partes deshonestas las vestimos con mayor honestidad.

24 Pues nuestras partes honestas no lo necesitan. Dios ha formado el cuerpo dando más honor a los miembros que carecían de él,

25 para que no hubiera división alguna en el cuerpo, sino que todos los miembros se preocuparan lo mismo los unos de los otros.

26 Si sufre un miembro, todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo.

27 Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte.

28 Y así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas.

29 ¿Acaso todos son apóstoles? O ¿todos profetas? ¿Todos maestros? ¿Todos con poder de milagros?

30 ¿Todos con carisma de curaciones? ¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos?

31 ¡Aspirad a los carismas superiores! Y aun os voy a mostrar un camino más excelente.

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1 Corintios 13

1 Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe.

2 Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy.

3 Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha.

4 La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe;

5 es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal;

6 no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad.

7 Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.

8 La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia.

9 Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía.

10 Cuando vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial.

11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Al hacerme hombre, dejé todas las cosas de niño.

12 Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido.

13 Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad.

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1 Corintios 14

1 Buscad la caridad; pero aspirad también a los dones espirituales, especialmente a la profecía.

2 Pues el que habla en lengua no habla a los hombres sino a Dios. En efecto, nadie le entiende: dice en espíritu cosas misteriosas.

3 Por el contrario, el que profetiza, habla a los hombres para su edificación, exhortación y consolación.

4 El que habla en lengua, se edifica a sí mismo; el que profetiza, edifica a toda la asamblea.

5 Deseo que habléis todos en lenguas; prefiero, sin embargo, que profeticéis. Pues el que profetiza, supera al que habla en lenguas, a no ser que también interprete, para que la asamblea reciba edificación.

6 Y ahora, hermanos, supongamos que yo vaya donde vosotros hablándoos en lenguas, ¿qué os aprovecharía yo, si mi palabra no os trajese ni revelación ni ciencia ni profecía ni enseñanza?

7 Así sucede con los instrumentos de música inanimados, tales como la flauta o la cítara. Si no dan distintamente los sonidos, ¿cómo se conocerá lo que toca la flauta o la cítara?

8 Y si la trompeta no da sino un sonido confuso, ¿quién se preparará para la batalla?

9 Así también vosotros: si al hablar no pronunciáis palabras inteligibles, ¿cómo se entenderá lo que decís? Es como si hablarais al viento.

10 Hay en el mundo no sé cuántas variedades de lenguas, y nada hay sin lenguaje.

11 Mas si yo desconozco el valor del lenguaje seré un bárbaro para el que me habla; y el que me habla, un bárbaro para mí.

12 Así pues, ya que aspiráis a los dones espirituales, procurad abundar en ellos para la edificación de la asamblea.

13 Por tanto, el que habla en lengua, pida el don de interpretar.

14 Porque si oro en lengua, mi espíritu ora, pero mi mente queda sin fruto.

15 Entonces, ¿qué hacer? Oraré con el espíritu, pero oraré también con la mente. Cantaré salmos con el espíritu, pero también los cantaré con la mente.

16 Porque si no bendices más que con el espíritu ¿cómo dirá «amén» a tu acción de gracias el que ocupa el lugar del no iniciado, pues no sabe lo que dices?

17 ¡Cierto!, tu acción de gracias es excelente; pero el otro no se edifica.

18 Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos vosotros;

19 pero en la asamblea, prefiero decir cinco palabras con mi mente, para instruir a los demás, que 10.000 en lengua.

20 Hermanos, no seáis niños en juicio. Sed niños en malicia, pero hombres maduros en juicio.

21 Está escrito en la Ley: = Por hombres de lenguas extrañas y por boca de extraños hablaré yo a este pueblo, y ni así me escucharán, dice el Señor.

22 Así pues, las lenguas sirven de señal no para los creyentes, sino para los infieles; en cambio la profecía, no para los infieles, sino para los creyentes.

23 Si, pues, se reúne toda la asamblea y todos hablan en lenguas y entran en ella no iniciados o infieles, ¿no dirán que estáis locos?

24 Por el contrario, si todos profetizan y entra un infiel o un no iniciado, será convencido por todos, juzgado por todos.

25 Los secretos de su corazón quedarán al descubierto y, postrado rostro en tierra, adorará a Dios confesando que = Dios está verdaderamente entre vosotros. =

26 ¿Qué concluir, hermanos? Cuando os reunís, cada cual puede tener un salmo, una instrucción, una revelación, un discurso en lengua, una interpretación; pero que todo sea para edificación.

27 Si se habla en lengua, que hablen dos, o a lo más, tres, y por turno; y que haya un interprete.

28 Si no hay quien interprete, guárdese silencio en la asamblea; hable cada cual consigo mismo y con Dios.

29 En cuanto a los profetas, hablen dos o tres, y los demás juzguen.

30 Si algún otro que está sentado tiene una revelación, cállese el primero.

31 Pues podéis profetizar todos por turno para que todos aprendan y sean exhortados.

32 Los espíritus de los profetas están sometidos a los profetas,

33 pues Dios no es un Dios de confusión, sino de paz. Como en todas la Iglesias de los santos,

34 las mujeres cállense en las asambleas; que no les está permitido tomar la palabra antes bien, estén sumisas como también la Ley lo dice.

35 Si quieren aprender algo, pregúntenlo a sus propios maridos en casa; pues es indecoroso que la mujer hable en la asamblea.

36 ¿Acaso ha salido de vosotros la palabra de Dios? O ¿solamente a vosotros ha llegado?

37 Si alguien se cree profeta o inspirado por el Espíritu, reconozca en lo que os escribo un mandato del Señor.

38 Si no lo conoce, tampoco él es conocido.

39 Por tanto, hermanos, aspirad al don de la profecía, y no estorbéis que se hable en lenguas.

40 Pero hágase todo con decoro y orden.

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