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ORACULO CONTRA LAS NACIONES (Ez.25,1-32,32)

 

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Ezequiel 25

1 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:

2 Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia los ammonitas y profetiza contra ellos.

3 Dirás a los ammonitas: Escuchad la palabra del Señor Yahveh. Así dice el Señor Yahveh: Por haber dicho: «¡Ja, ja!» sobre mi santuario cuando era profanado, sobre la tierra de Israel cuando era devastada y sobre la casa de Judá cuando marchaba al destierro,

4 por eso, he aquí que yo te entrego en posesión a los hijos de Oriente; emplazarán en ti sus campamentos, y pondrán en ti sus tiendas; ellos comerán tus frutos y ellos beberán tu leche.

5 Yo haré de Rabbá un establo de camellos, y de las ciudades de Ammón un redil de ovejas. Y sabréis que yo soy Yahveh.

6 Así dice el Señor Yahveh: Por haber batido palmas y haber pataleado, por haberte alegrado, con todo tu desprecio y animosidad, a costa de la tierra de Israel,

7 por eso, he aquí que yo extiendo mi mano contra ti y te entregaré al saqueo de las naciones, te extirparé de entre los pueblos y te exterminaré de entre los países. Te destruiré, y sabrás que yo soy Yahveh.

8 Así dice el Señor Yahveh: Porque Moab y Seír han dicho: «Mirad, la casa de Judá es igual que todas las naciones»,

9 por eso, he aquí que yo voy a abrir las espaldas de Moab, y a destruir de un extremo al otro sus ciudades, las joyas de ese país, Bet Hayesimot, Baal Meón, Quiryatáyim.

10 A los hijos de Oriente, además de los ammonitas, la entrego en posesión, para que no se recuerde más entre las naciones.

11 Haré justicia de Moab, y se sabrá que yo soy Yahveh.

12 Así dice el Señor Yahveh: Porque Edom ha ejecutado su venganza sobre la casa de Judá y se ha hecho gravemente culpable al vengarse de ella,

13 por eso, así dice el Señor Yahveh: Yo extenderé mi mano contra Edom y extirparé de ella hombres y bestias. La convertiré en desierto; desde Temán a Dedán caerán a espada.

14 Pondré mi venganza contra Edom en manos de mi pueblo Israel, que tratará a Edom según mi cólera y mi furor, y se sabrá lo que es mi venganza, oráculo del Señor Yahveh.

15 Así dice el Señor Yahveh: Porque los filisteos han actuado vengativamente y han ejecutado su venganza con desprecio y animosidad, tratando de destruir a impulsos de un odio eterno,

16 por eso, así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo extiendo mi mano contra los filisteos; extirparé a los kereteos y destruiré lo que queda en el litoral del mar.

17 Ejecutaré contra ellos terribles venganzas, furiosos escarmientos, y sabrán que yo soy Yahveh, cuando les aplique mi venganza.

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Ezequiel 26

1 El año undécimo, el día primero del mes, la palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:

2 Hijo de hombre, porque Tiro ha dicho contra Jerusalén: «¡Ja, ja! ahí está rota, la puerta de los pueblos; se vuelve hacia mí, su riqueza está en ruinas»,

3 por eso, así dice el Señor Yahveh: Aquí estoy contra ti, Tiro. Voy a hacer subir contra ti a naciones numerosas, como el mar hace subir sus olas.

4 Derruirán las murallas de Tiro y abatirán sus torres. Yo barreré de ella hasta el polvo y la dejaré como roca pelada.

5 Quedará, en medio del mar, como un secadero de redes. Porque he hablado yo, oráculo del Señor Yahveh. Tiro será presa propicia para las naciones.

6 Y sus hijas que están tierra adentro serán muertas a espada. Y se sabrá que yo soy Yahveh.

7 Pues así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo traigo contra Tiro, por el norte, a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos, carros y jinetes y gran número de tropas.

8 A tus hijas que están tierra adentro las matará a espada. Hará contra ti trincheras, levantará contra ti un terraplén, alzará contra ti un testudo,

9 lanzará los golpes de su ariete contra tus murallas, demolerá tus torres con sus máquinas.

10 Sus caballos son tan numerosos que su polvo te cubrirá. Al estrépito de su caballería, de sus carros y carretas, trepidarán tus murallas cuando entre él por tus puertas, como se entra en una ciudad, brecha abierta.

11 Con los cascos de sus caballos hollará todas tus calles, a tu pueblo pasará a cuchillo, y tus grandiosas estelas se desplomarán en tierra.

12 Se llevarán como botín tus riquezas, saquearán tus mercancías, destruirán tus murallas, demolerán tus casas suntuosas. Tus piedras, tus vigas y tus escombros los echarán al fondo de las aguas.

13 Yo haré cesar la armonía de tus canciones, y no se volverá a oír el son de tus cítaras.

14 Te convertiré en roca pelada, quedarás como secadero de redes; no volverás a ser reconstruida, porque yo, Yahveh, he hablado, oráculo del Señor Yahveh.

15 Así dice el Señor Yahveh a Tiro: Al estruendo de tu caída, cuando giman las víctimas, cuando hierva la carnicería en medio de ti, ¿no temblarán las islas?

16 Bajarán de sus tronos todos los príncipes del mar, se quitarán sus mantos, dejarán sus vestidos recamados. Se vestirán de pavores, se sentarán en tierra, sin tregua temblarán y quedarán pasmados por ti.

17 Entonarán por ti una elegía y te dirán: ¡Ah! ahí estás destruida, desaparecida de los mares, la ciudad famosa, que fue poderosa en el mar, con tus habitantes, los que infundían el terror en todo el continente.

18 Ahora tiemblan las islas en el día de tu caída, las islas del mar están aterradas de tu fin.

19 Porque así dice el Señor Yahveh: Cuando yo te convierta en una ciudad en ruinas como las ciudades despobladas, cuando yo empuje sobre ti el océano, y te cubran las muchas aguas,

20 entonces te precipitaré con los que bajan a la fosa, con el pueblo de antaño; te haré habitar en los infiernos, como las ruinas de antaño, con los que bajan a la fosa, para que no vuelvas a ser restablecida en la tierra de los vivos.

21 Haré de ti un objeto de espanto, y no existirás más. Se te buscará y no se te encontrará jamás, oráculo del Señor Yahveh.

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Ezequiel 27

1 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:

2 Y tú, hijo de hombre, entona una elegía sobre Tiro.

3 Dirás a Tiro, la ciudad sentada a la entrada del mar, centro del tráfico de los pueblos hacia islas sin cuento: Así dice el Señor Yahveh: Tiro, tú decías: Yo soy un navío de perfecta hermosura.

4 En el corazón de los mares estaban tus fronteras. Tus fundadores hicieron perfecta tu hermosura.

5 Con cipreses de Senir te construyeron todas tus planchas. Del Líbano tomaron un cedro para erigirte un mástil.

6 De las encinas de Basán hicieron tus remos. El puente te lo hicieron de marfil incrustado en cedro de las islas de Kittim.

7 De lino recamado de Egipto era tu vela que te servía de enseña. Púrpura y escarlata de las islas de Elisá formaban tu toldo.

8 Los habitantes de Sidón y de Arvad eran tus remeros. Y tus sabios, Tiro, iban a bordo como timoneles.

9 En ti estaban los ancianos de Guebal y sus artesanos para reparar tus averías. Todas las naves del mar y sus marineros estaban contigo para asegurar tu comercio.

10 Los de Persia, de Lud y de Put servían en tu ejército como hombres de guerra; suspendían en ti el escudo y el yelmo, te daban esplendor.

11 Los hijos de Arvad, con tu ejército, guarnecían por todas partes tus murallas, y los gammadeos tus torres. Suspendían sus escudos en tus murallas, todo alrededor, y hacían perfecta tu hermosura.

12 Tarsis era cliente tuya, por la abundancia de toda riqueza: plata, hierro, estaño y plomo daba por tus mercancías.

13 Yaván, Túbal y Mések traficaban contigo: te daban a cambio hombres y utensilios de bronce.

14 Los de Bet Togarmá daban por tus mercancías caballos de tiro y de silla, y mulos.

15 Los hijos de Rodán traficaban contigo; numerosas islas eran clientes tuyas; te pagaban con colmillos de marfil y madera de ébano.

16 Edom era cliente tuyo por la abundancia de tus productos: daba por tus mercancías malaquita, púrpura, recamados, batista, coral y rubíes.

17 Judá y la tierra de Israel traficaban también contigo: te daban a cambio trigo de Minnit, pannag, miel, aceite y resina.

18 Damasco era cliente tuya por la abundancia de tus productos; gracias a la abundancia de toda riqueza, te proveía de vino de Jelbón y lana de Sajar.

19 Dan y Yaván, desde Uzal, daban por tus mercancías hierro forjado, canela y caña.

20 Dedán traficaba contigo en sillas de montar.

21 Arabia y todos los príncipes de Quedar eran también tus clientes: pagaban con corderos, carneros y machos cabríos.

22 Los mercaderes de Sabá y de Ramá traficaban contigo: aromas de primera calidad y toda clase de piedras preciosas y oro daban por tus mercancías.

23 Jarán, Kanné y Edén, los mercaderes de Sabá, de Asur y de Kilmad traficaban contigo.

24 Traían a tu mercado vestidos de lujo, mantos de púrpura y brocado, tapices multicolores y maromas trenzadas.

25 Las naves de Tarsis formaban tu flota comercial. Estabas repleta y pesada en el corazón de los mares.

26 A alta mar te condujeron los que a remo te llevaban. El viento de oriente te ha quebrado en el corazón de los mares.

27 Tus riquezas, tus mercancías y tus fletes, tus marineros y tus timoneles, tus calafates, tus agentes comerciales, todos los guerreros que llevas, toda la tripulación que transportas, se hundirán en el corazón de los mares el día de tu naufragio.

28 Al oír los gritos de tus marinos, se asustarán las costas.

29 Entonces desembarcarán de sus naves todos los remeros. Los marineros, todos los hombres de mar, se quedarán en tierra.

30 Lanzarán su clamor por ti, gritarán amargamente. Se echarán polvo en la cabeza, se revolcarán en la ceniza;

31 se raparán el pelo por tu causa, se ceñirán de sayal. Llorarán por ti, en la amargura de su alma, con amargo lamento.

32 Entonarán por ti, en su duelo, una elegía, harán por ti esta lamentación: «¿Quién era semejante a Tiro en medio del mar?

33 Cuando tus mercancías se desembarcaban, saciabas a muchos pueblos; con la abundancia de tus riquezas y productos enriquecías a los reyes de la tierra.

34 Mas ahora estás ahí quebrada por los mares en las honduras de las aguas. Tu carga y toda tu tripulación se han hundido contigo.

35 Todos los habitantes de las islas están pasmados por tu causa. Sus reyes están estremecidos de terror, descompuesto su rostro.

36 Los mercaderes de los pueblos silban sobre ti, porque te has convertido en objeto de espanto, y has desaparecido para siempre.»

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Ezequiel 28

1 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:

2 Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así dice el Señor Yahveh: ¡Oh!, tu corazón se ha engreído y has dicho: «Soy un dios, estoy sentado en un trono divino, en el corazón de los mares.» Tú que eres un hombre y no un dios, equiparas tu corazón al corazón de Dios.

3 ¡Oh sí, eres más sabio que Danel! Ningún sabio es semejante a ti.

4 Con tu sabiduría y tu inteligencia te has hecho una fortuna, has amontonado oro y plata en tus tesoros.

5 Por tu gran sabiduría y tu comercio has multiplicado tu fortuna, y por su fortuna se ha engreído tu corazón.

6 Por eso, así dice el Señor Yahveh: Porque has equiparado tu corazón al corazón de Dios,

7 por eso, he aquí que yo traigo contra ti extranjeros, los más bárbaros entre las naciones. Desenvainarán la espada contra tu linda sabiduría, y profanarán tu esplendor;

8 te precipitarán en la fosa, y morirás de muerte violenta en el corazón de los mares.

9 ¿Podrás decir aún: «Soy un dios», ante tus verdugos? Pero serás un hombre, que no un dios, entre las manos de los que te traspasen.

10 Tendrás la muerte de los incircuncisos, a manos de extranjeros. Porque he hablado yo, oráculo del Señor Yahveh.

11 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:

12 Hijo de hombre, entona una elegía sobre el rey de Tiro. Le dirás: Así dice el Señor Yahveh: Eras el sello de una obra maestra, lleno de sabiduría, acabado en belleza.

13 En Edén estabas, en el jardín de Dios. Toda suerte de piedras preciosas formaban tu manto: rubí, topacio, diamante, crisólito, piedra de ónice, jaspe, zafiro, malaquita, esmeralda; en oro estaban labrados los aretes y pinjantes que llevabas, aderezados desde el día de tu creación.

14 Querubín protector de alas desplegadas te había hecho yo, estabas en el monte santo de Dios, caminabas entre piedras de fuego.

15 Fuiste perfecto en su conducta desde el día de tu creación, hasta el día en que se halló en ti iniquidad.

16 Por la amplitud de tu comercio se ha llenado tu interior de violencia, y has pecado. Y yo te he degradado del monte de Dios, y te he eliminado, querubín protector, de en medio de las piedras de fuego.

17 Tu corazón se ha pagado de tu belleza, has corrompido tu sabiduría por causa de tu esplendor. Yo te he precipitado en tierra, te he expuesto como espectáculo a los reyes.

18 Por la multitud de tus culpas por la inmoralidad de tu comercio, has profanado tus santuarios. Y yo he sacado de ti mismo el fuego que te ha devorado; te he reducido a ceniza sobre la tierra, a los ojos de todos los que te miraban.

19 Todos los pueblos que te conocían están pasmados por ti. Eres un objeto de espanto, y has desaparecido para siempre.

20 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:

21 Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia Sidón y profetiza contra ella.

22 Dirás: Así dice el Señor Yahveh: Aquí estoy contra ti, Sidón; en medio de ti seré glorificado. Se sabrá que yo soy Yahveh, cuando yo haga justicia de ella y manifieste en ella mi santidad.

23 Mandaré contra ella la peste, habrá sangre en sus calles; las víctimas caerán en medio de ella, bajo la espada que la cercará por todas partes, y se sabrá que yo soy Yahveh.

24 No habrá más, para la casa de Israel, espina que punce ni zarza que lacere, entre todos sus vecinos que la desprecian, y se sabrá que yo soy el Señor Yahveh.

25 Así dice el Señor Yahveh: Cuando yo reúna a la casa de Israel de en medio de los pueblos donde está dispersa, manifestaré en ellos mi santidad a los ojos de las naciones. Habitarán en la tierra que yo di a mi siervo Jacob;

26 habitarán allí con seguridad, construirán casas y plantarán viñas; vivirán seguros. Cuando yo haga justicia de todos sus vecinos que los desprecian, se sabrá que yo soy Yahveh su Dios.

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Ezequiel 29

1 El año décimo, el día doce del décimo mes, la palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:

2 Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia Faraón, rey de Egipto, y profetiza contra él y contra todo Egipto.

3 Habla y di: Así dice el Señor Yahveh: Aquí estoy contra ti, Faraón, rey de Egipto, gran cocodrilo, recostado en medio de sus Nilos, tú que has dicho: «Mi Nilo es mío. yo mismo lo he hecho.»

4 Voy a ponerte garfios en las quijadas, pegaré a tus escamas los peces de tus Nilos, te sacaré fuera de tus Nilos, con todos los peces de tus Nilos, pegados a tus escamas.

5 Te arrojaré al desierto, a ti y a todos los peces de tus Nilos. En la haz del campo caerás, no serás recogido ni enterrado. A las bestias de la tierra y a las aves del cielo te entregaré como pasto,

6 y sabrán todos los habitantes de Egipto que yo soy Yahveh. Porque has sido un apoyo de caña para la casa de Israel;

7 cuando ellos te agarraban, te rompías en sus manos y desgarrabas toda su palma; cuando se apoyaban en tí, te hacías pedazos y hacías vacilar todos los riñones.

8 Por eso, así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo traigo contra ti la espada, para extirpar de ti hombres y bestias.

9 El país de Egipto se convertirá en desolación y ruina, y se sabrá que yo soy Yahveh. Por haber dicho: «El Nilo es mío, yo mismo lo he hecho»,

10 por eso, aquí estoy yo contra ti y contra tus Nilos. Convertiré el país de Egipto en ruinas, devastación y desolación, desde Migdol hasta Siene y hasta la frontera de Etiopía.

11 No pasará por él pie de hombre, pie de animal no pasará por él. Quedará deshabitado durante cuarenta años.

12 Yo haré del país de Egipto una desolación en medio de países desolados; sus ciudades serán una desolación entre ciudades en ruinas, durante cuarenta años. Dispersaré a los egipcios entre las naciones y los esparciré por los países.

13 Porque así dice el Señor Yahveh: Al cabo de cuarenta años, reuniré a los habitantes de Egipto de entre los pueblos en los que habían sido dispersados.

14 Recogeré a los cautivos egipcios y los haré volver al país de Patrós, su país de origen. Allí formarán un reino modesto.

15 Egipto será el más modesto de los reinos y no se alzará más sobre las naciones; le haré pequeño para que no vuelva a imponerse a las naciones.

16 No volverá a ser para la casa de Israel apoyo de su confianza, que provoque el delito de irse en pos de él. Y se sabrá que yo soy el Señor Yahveh.

17 El año veintisiete, el día uno del primer mes, la palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:

18 Hijo de hombre, Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha emprendido con su ejército grandes movimientos contra Tiro. Todas las cabezas han quedado peladas y todas las espaldas llagadas, pero no ha obtenido de Tiro, ni para sí ni para su ejército, ningún provecho de la empresa acometida contra ella.

19 Por eso, así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo entrego a Nabucodonosor, rey de Babilonia, el país de Egipto. El saqueará sus riquezas, se apoderará de sus despojos y se llevará su botín, que será la paga de su ejército.

20 En compensación de su esfuerzo contra Tiro, yo le entrego el país de Egipto, porque han trabajado para mí, oráculo del Señor Yahveh.

21 Aquel día yo haré brotar un cuerno a la casa de Israel, y a ti te permitiré abrir la boca en medio de ellos. Y sabrán que yo soy Yahveh.

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Ezequiel 30

1 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:

2 Hijo de hombre, profetiza y di: Así dice el Señor Yahveh: Gemid: «¡Ah, el día aquel!»

3 Porque está cercano el día, está cercano el día de Yahveh, día cargado de nubarrones, la hora de las naciones será.

4 Vendrá la espada sobre Egipto, cundirá el pánico en Kus, cuando las víctimas caigan en Egipto, cuando sean saqueadas sus riquezas y sus cimientos derruidos.

5 Kus, Put y Lud, toda Arabia y Kub, y los hijos del país de la alianza, caerán con ellos a espada.

6 Así dice Yahveh: Caerán los apoyos de Egipto, se desplomará el orgullo de su fuerza; desde Migdol a Siene, caerán todos a espada, oráculo del Señor Yahveh.

7 Quedarán desolados entre los países desolados, y sus ciudades estarán entre las ciudades en ruinas.

8 Sabrán que yo soy Yahveh, cuando prenda fuego a Egipto, y se rompan todos sus apoyos.

9 Aquel día saldrán de mi presencia mensajeros en navíos a sembrar el terror en Kus que se cree segura. Cundirá el pánico entre sus habitantes, en el día de Egipto, vedle aquí que llega.

10 Así dice el Señor Yahveh: Yo pondré fin a la multitud de Egipto, por mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia.

11 El, y su pueblo con él, la más bárbara de las naciones, serán enviados a asolar el país. Desenvainarán la espada contra Egipto, y llenarán el país de víctimas.

12 Yo dejaré secos los Nilos, y venderé el país en manos de malvados. Devastaré el país y todo lo que encierra, por mano de extranjeros. Yo, Yahveh, he hablado.

13 Así dice el Señor Yahveh: Haré desaparecer las basuras, y pondré fin a los falsos dioses de Nof. No habrá más príncipes en Egipto, y yo sembraré el terror en el país de Egipto.

14 Devastaré Patrós, prenderé fuego a Soán, haré justicia de No.

15 Derramaré mi furor en Sin, la fortaleza de Egipto, exterminaré la multitud de No.

16 Prenderé fuego a Egipto. Sin se retorcerá de dolor, en No se abrirá brecha y cundirán las aguas.

17 Los jóvenes de On y de Pi Béset caerán a espada, y las ciudades mismas partirán al cautiverio.

18 En Tafnis el día se convertirá en tinieblas cuando yo quiebre allí el yugo de Egipto y se acabe el orgullo de su fuerza. A ella le cubrirá un nubarrón, y sus hijas partirán al cautiverio.

19 Así haré justicia de Egipto, y se sabrá que yo soy Yahveh.

20 El año undécimo, el día siete del primer mes, la palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:

21 Hijo de hombre, yo he roto el brazo de Faraón, rey de Egipto, y he aquí que nadie ha curado su herida aplicándole medicamentos y vendas para curarle, de modo que recobre el vigor para empuñar la espada.

22 Por eso, así dice el Señor Yahveh: Aquí estoy yo contra Faraón, rey de Egipto; quebraré sus brazos, el que está sano y el que está roto, y haré que la espada caiga de su mano.

23 Dispersaré a Egipto entre las naciones, lo esparciré por los países.

24 Robusteceré los brazos del rey de Babilonia, pondré mi espada en su mano y romperé los brazos de Faraón, que lanzará ante él gemidos de víctima.

25 Robusteceré los brazos del rey de Babilonia, y los brazos de Faraón desmayarán. Y se sabrá que yo soy Yahveh, cuando pongo mi espada en la mano del rey de Babilonia y él la esgrima contra el país de Egipto.

26 Dispersaré a Egipto entre las naciones, lo esparciré por los países; y se sabrá que yo soy Yahveh.

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Ezequiel 31

1 El año undécimo, el día uno del tercer mes, la palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:

2 Hijo de hombre, di a Faraón, rey de Egipto, y a la multitud de sus súbditos: ¿A quién compararte en tu grandeza?

3 Mira: a un cedro del Líbano de espléndido ramaje, de fronda de amplia sombra y de elevada talla. Entre las nubes despuntaba su copa.

4 Las aguas le hicieron crecer, el abismo le hizo subir, derramando sus aguas en torno a su plantación, enviando sus acequias a todos los árboles del campo.

5 Por eso su tronco superaba en altura a todos los árboles del campo, sus ramas se multiplicaban, se alargaba su ramaje, por la abundancia de agua que le hacía crecer.

6 En sus ramas anidaban todos los pájaros del cielo, bajo su fronda parían todas las bestias del campo, a su sombra se sentaban naciones numerosas.

7 Era hermoso en su grandeza, en su despliegue de ramaje, porque sus raíces se alargaban hacia aguas abundantes.

8 No le igualaban los demás cedros en el jardín de Dios, los cipreses no podían competir con su ramaje, los plátanos no tenían ramas como las suyas. Ningún árbol, en el jardín de Dios, le igualaba en belleza.

9 Yo le había embellecido con follaje abundante, y le envidiaban todos los árboles de Edén, los del jardín de Dios.

10 Pues bien, así dice el Señor Yahveh: Por haber exagerado su talla, levantando su copa por entre las nubes, y haberse engreído su corazón de su altura,

11 yo le he entregado en manos del conductor de las naciones, para que le trate conforme a su maldad; ¡le he desechado!

12 Extranjeros, los más bárbaros entre las naciones, lo han talado y lo han abandonado. En los montes y por todos los valles yace su ramaje; sus ramas están destrozadas por todos los barrancos del país; toda la población del país se ha retirado de su sombra y lo ha abandonado.

13 Sobre sus despojos se han posado todos los pájaros del cielo, a sus ramas han venido todas las bestias del campo.

14 Ha sido para que ningún árbol plantado junto a las aguas se engría de su talla, ni levante su copa por entre las nubes, y para que ningún árbol bien regado se estire hacia ellas con su altura. ¡Porque todos ellos están destinados a la muerte, a los infiernos, como el común de los hombres, como los que bajan a la fosa!

15 Así dice el Señor Yahveh: El día que bajó al seol, en señal de duelo yo cerré sobre él el abismo, detuve sus ríos, y las aguas abundantes cesaron; por causa de él llené de sombra el Líbano, y todos los árboles del campo se amustiaron por él.

16 Hice temblar a las naciones por el estrépito de su caída, cuando le precipité en el seol, con los que bajan a la fosa. En los infiernos se consolaron todos los árboles de Edén, lo más selecto y más bello del Líbano, regados todos por las aguas.

17 Y al mismo tiempo que él, bajaron al seol, donde las víctimas de la espada, los que eran su brazo y moraban a su sombra en medio de las naciones.

18 ¿A quién eras comparable en gloria y en grandeza, entre los árboles de Edén? Sin embargo has sido precipitado, con los árboles de Edén, en los infiernos; en medio de incircuncisos yaces, con las víctimas de la espada: ése es Faraón y toda su multitud, oráculo del Señor Yahveh.

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Ezequiel 32

1 El año duodécimo, el día uno del duodécimo mes, la palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:

2 Hijo de hombre, entona una elegía sobre Faraón, rey de Egipto. Le dirás: Leoncillo de las naciones, estás perdido. Eras como un cocodrilo en los mares, chapoteabas en tus ríos, enturbiabas el agua con tus patas, agitabas su corriente.

3 Así dice el Señor Yahveh: Yo echaré sobre ti mi red entre una asamblea de pueblos numerosos, en mi red te sacarán.

4 Te dejaré abandonado por tierra, te tiraré sobre la haz del campo, haré que se posen sobre ti todos los pájaros del cielo, hartaré de ti a todas las bestias de la tierra.

5 Echaré tu carne por los montes, de tu carroña llenaré los valles.

6 Regaré el país con tus despojos, con tu sangre, sobre los montes, y los barrancos se llenarán de ti.

7 Cuando te extingas, velaré los cielos y oscureceré las estrellas. Cubriré el sol de nubes y la luna no dará más su claridad.

8 Oscureceré por tu causa todos los astros que brillan en el cielo, y traeré tinieblas sobre tu país, oráculo del Señor Yahveh.

9 Entristeceré el corazón de muchos pueblos cuando haga llegar la noticia de tu ruina entre las naciones, hasta países que no conoces.

10 Dejaré pasmados por ti a muchos pueblos, y sus reyes se estremecerán de horror por tu causa, cuando yo blanda mi espada ante ellos. Temblarán sin tregua, cada uno por su vida, el día de tu caída.

11 Porque así dice el Señor Yahveh: La espada del rey de Babilonia caerá sobre ti.

12 Abatiré la multitud de tus súbditos, por la espada de guerreros, todos ellos los más bárbaros de las naciones; arrasarán el orgullo de Egipto y toda su multitud será exterminada.

13 Y haré perecer a todo tu ganado, junto a las aguas abundantes. No las enturbiará más pie de hombre, no volverá a enturbiarlas pezuña de animal.

14 Entonces yo amansaré sus aguas, haré correr sus ríos como aceite, oráculo del Señor Yahveh.

15 Cuando yo convierta a Egipto en desolación, y el país sea despojado de cuanto contiene, cuando hiera a todos los que lo habitan, sabrán que yo soy Yahveh.

16 Una elegía es ésta, que cantarán las hijas de las naciones. La cantarán sobre Egipto y sobre toda su multitud. Cantarán esta elegía, oráculo del Señor Yahveh.

17 El año duodécimo, el quince del primer mes, la palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:

18 Hijo de hombre, haz una lamentación sobre la multitud de Egipto, hazle bajar, a él y a las hijas de las naciones, majestuosas, a los infiernos, con los que bajan a la fosa.

19 ¿A quién superas en belleza? Baja, acuéstate con los incircuncisos.

20 En medio de las víctimas de la espada caen (la espada ha sido entregada, la han sacado) él y todas sus multitudes.

21 Le hablan de en medio del seol los más esclarecidos héroes, con sus auxiliares: «Han bajado, yacen ya los incircuncisos, víctimas de la espada».

22 Allí está Asur y toda su asamblea con sus sepulcros en torno a él, todos caídos, víctimas de la espada;

23 sus sepulcros han sido puestos en las profundidades de la fosa, y su asamblea está en torno a su sepulcro, todos caídos víctimas de la espada, los que sembraban el pánico en la tierra de los vivos.

24 Allí está Elam con toda su multitud en torno a su sepulcro; todos caídos víctimas de la espada, han bajado, incircuncisos, a los infiernos, ellos que sembraban el pánico en la tierra de los vivos. Soportan su ignominia con los que bajan a la fosa.

25 En medio de estas víctimas se le ha preparado un lecho, entre toda su multitud con sus sepulcros en torno a él; todos ellos incircuncisos, víctimas de la espada, por haber sembrado el pánico en la tierra de los vivos; soportan su ignominia con los que bajan a la fosa. Se les ha puesto en medio de estas víctimas.

26 Allí están Mesek, Túbal y toda su multitud con sus sepulcros en torno a él, todos incircuncisos, atravesados por la espada, por haber sembrado el pánico en la tierra de los vivos.

27 No yacen con los héroes caídos de antaño, aquellos que bajaron al seol con sus armas de guerra, a los que se les ha puesto la espada bajo su cabeza y los escudos sobre sus huesos, porque el pánico de los héroes cundía en la tierra de los vivos.

28 Pero tú serás quebrantado en medio de incircuncisos y yacerás con las víctimas de la espada.

29 Allí está Edom, sus reyes y todos sus príncipes, que fueron puestos, a pesar de su prepotencia, entre las víctimas de la espada. Yacen entre incircuncisos, con los que bajan a la fosa.

30 Allí están todos los príncipes del norte, todos los sidonios, que bajaron con las víctimas, a pesar del pánico que sembraba su prepotencia. Confundidos, yacen, incircuncisos, entre las víctimas de la espada, y soportan su ignominia con los que bajan a la fosa.

31 Faraón los verá y se consolará a la vista de toda esa multitud, víctima de la espada, Faraón y todo su ejército, oráculo del Señor Yahveh.

32 Porque había sembrado el pánico en la tierra de los vivos, será tendido en medio de incircuncisos, con las víctimas de la espada: Faraón y toda su multitud, oráculo del Señor Yahveh.

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