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ORACULO SOBRE LOS PUEBLOS EXTRANJEROS(Is.13.1-23,18)
13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23
1 Oráculo contra Babilonia, que contempló Isaías, hijo de Amós.
2 Sobre el monte pelado izad la bandera, levantad la voz a ellos, agitad la mano y que entren por las puertas de los nobles.
3 Yo he mandado a mis consagrados y también he llamado a mis valientes, para ejecutar mi ira a mis gallardos.
4 ¡Ruido estruendoso en los montes, como de mucha gente! ¡Ruido estrepitoso de reinos, naciones reunidas! Yahveh Sebaot pasa revista a su tropa de combate.
5 Vienen de tierra lejana, del cabo de los cielos, Yahveh y los instrumentos de su enojo para arrasar toda la tierra.
6 Ululad, que cercano está el Día de Yahveh, como la destrucción de Sadday viene.
7 Por eso todos los brazos decaen y todo corazón humano se derrite.
8 Se empavorecen, angustias y apuros les sobrecogen, cual parturienta se duelen. Cada cual se asusta de su prójimo. Son los suyos rostros llameantes.
9 He aquí que el Día de Yahveh viene implacable, el arrebato, el ardor de su ira, a convertir la tierra en yermo y exterminar de ella a los pecadores.
10 Cuando las estrellas del cielo y la constelación de Orión no alumbren ya, esté oscurecido el sol en su salida y no brille la luz de la luna,
11 pasaré revista al orbe por su malicia y a los malvados por su culpa. Haré cesar la arrogancia de los insolentes, y la soberbia de los desmandados humillaré.
12 Haré que el hombre sea más escaso que el oro fino, y la humanidad más que metal de Ofir.
13 Por eso haré temblar los cielos, y se removerá la tierra de su sitio, en el arrebato de Yahveh Sebaot, en el día de su ira hirviente.
14 Será como gacela acosada, como ovejas cuando no hay quien las reúna: cada uno enfilará hacia su pueblo, cada uno huirá hacia su tierra.
15 Todo el que fuere descubierto será traspasado, y todo el que fuere apresado caerá por la espada.
16 Sus párvulos serán estrellados ante sus ojos, serán saqueadas sus casas, y sus mujeres violadas.
17 He aquí que yo despierto contra ellos a los medos, que no estiman la plata, ni desean el oro.
18 Machacarán a todos sus muchachos, estrellarán a todas sus muchachas, del fruto del vientre no se apiadarán ni de las criaturas tendrán lástima sus ojos.
19 Babilonia, la flor de los reinos, prez y orgullo de Caldea, será semejante a Sodoma y Gomorra, destruidas por Dios.
20 No será habitada jamás ni poblada en generaciones y generaciones, ni pondrá tienda allí el árabe, ni pastores apacentarán allí.
21 Allí tendrán aprisco bestias del desierto y se llenarán sus casas de mochuelos. Allí morarán las avestruces y los sátiros brincarán allí.
22 Se responderán las hienas en sus alcázares y los chacales en sus palacios de recreo. Su hora está para llegar y sus días no tendrán prórroga.
1 Cuando se compadezca Yahveh de Jacob y prefiera todavía a Israel, los afincará en el solar de ellos, y se les juntarán forasteros, que serán incorporados a la casa de Jacob.
2 Tomarán a otros pueblos y, llevándoselos a su lugar, se los apropiará la casa de Israel sobre el solar de Yahveh como esclavos y esclavas. Harán cautivos a sus cautivadores, y dominarán sobre sus tiranos.
3 Entonces, cuando te haya calmado Yahveh de tu disgusto y tu desazón y de la dura servidumbre a que fuiste sometido,
4 dirigirás esta sátira al rey de Babilonia. Dirás: ¡Cómo ha acabado el tirano, cómo ha cesado su arrogancia!
5 Ha quebrado Yahveh la vara de los malvados, el bastón de los déspotas,
6 que golpeaba a los pueblos con saña golpes sin parar, que dominaba con ira a las naciones acosándolas sin tregua.
7 Está tranquila y quieta la tierra toda, prorrumpe en aclamaciones.
8 Hasta los cipreses se alegran por ti, los cedros del Líbano: «Desde que tú has caído en paz, no sube el talador a nosotros.»
9 El seol, allá abajo, se estremeció por ti saliéndote al encuentro; por ti despierta a las sombras, a todos los jerifaltes de la tierra; hace levantarse de sus tronos a los reyes de todas las naciones.
10 Todos ellos responden y te dicen: «¡También tú te has vuelto débil como nosotros, y a nosotros eres semejante!
11 Ha sido precipitada al seol tu arrogancia al son de tus cítaras. Tienes bajo ti una cama de gusanos, tus mantas son gusanera.
12 ¡Cómo has caído de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora! ¡Has sido abatido a tierra, dominador de naciones!
13 Tú que habías dicho en tu corazón: «Al cielo voy a subir, por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de la Reunión, en el extremo norte.
14 Subiré a las alturas del nublado, me asemejaré al Altísimo.
15 ¡Ya!: al seol has sido precipitado, a lo más hondo del pozo.»
16 Los que te ven, en ti se fijan; te miran con atención: «¿Ese es aquél, el que hacía estremecer la tierra, el que hacía temblar los reinos,
17 el que puso el orbe como un desierto, y asoló sus ciudades, el que a sus prisioneros no abría la cárcel?»
18 Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honor, cada uno en su morada.
19 Pero tú has sido arrojado fuera de tu sepulcro, como un brote abominable, recubierto de muertos acuchillados, arrojados sobre las piedras de la fosa, como cadáver pisoteado.
20 No tendrás con ellos sepultura, porque tu tierra has destruido, a tu pueblo has asesinado. No se nombrará jamás la descendencia de los malhechores.
21 Preparad a sus hijos degollina por la culpa de sus padres: no sea que se levanten y se apoderen de la tierra, y llenen de ciudades la haz del orbe.
22 Yo me alzaré contra ellos - oráculo de Yahveh Sebaot - y suprimiré en Babilonia el nombre y resto, hijos y nietos - oráculo de Yahveh.
23 La convertiré en patrimonio de erizos y tierra pantanosa, la barreré con escoba exterminadora - oráculo de Yahveh Sebaot.
24 Ha jurado Yahveh Sebaot diciendo: «Tal como lo había ideado, así fue. Y como lo planeé, así se cumplirá:
25 Quebrantaré a Asur en mi tierra, sobre mis montes le pisotearé. Se apartará su yugo de sobre ellos, su fardo de sobre sus hombros se apartará.»
26 Este es el plan tocante a toda la tierra, y ésta la mano extendida sobre las naciones.
27 Si Yahveh Sebaot toma una decisión, ¿quién la frustrará? Si él extiende su mano, ¿quién se la hará retirar?
28 El año en que murió el rey Ajaz hubo esta oráculo:
29 No te alegres, Filistea toda, porque se haya quebrado la vara del que te hería; pues de raíz de culebra saldrá víbora, y su fruto será dragón volador.
30 Los débiles pacerán en mis pastos y los pobres en seguro se acostarán, mientras que haré morir de hambre tu posteridad, y mataré lo que de ti reste
31 ¡Ulula, puerta! ¡grita, ciudad! ¡derrítete, Filistea toda, que del norte una humareda viene, y nadie deserta en sus columnas!
32 ¿Y qué se responderá a los mensajeros de esa gente?: «Que Yahveh fundó a Sión, y en ella se refugiarán los pobres de su pueblo.»
1 Oráculo sobre Moab. Porque de noche ha sido saqueada, Ar Moab ha perecido Porque de noche ha sido saqueada, Quir Moab ha perecido.
2 Subía la hija de Dibbón a los oteros llorando: sobre el Nebo y sobre Medba Moab ulula. En todas sus cabezas, calvicie; toda barba, raída.
3 En sus calles se han ceñido sayal, sobre sus azoteas y en sus plazas todo el mundo ulula, baja llorando.
4 Gritaban Jesbón y Elalé, hasta Yahas se oía su voz. Por eso los guerreros de Moab tiemblan, su alma le tiembla dentro.
5 Su corazón por Moab clama, sus fugitivos van hasta Soar (Eglat Selisiyyá). ¡La cuesta de Lujit la suben llorando, y por el camino de Joronáyim dan gritos desgarrados!
6 ¡Las aguas de Nimrim son un sequedal, y se ha secado la hierba, se agostó el césped, no hay verdor!
7 Por eso hicieron ahorros... y sus reservas allende el arroyo de los Sauces se las llevan.
8 ¡Los gritos han rodeado las fronteras de Moab; hasta Egláyim llega su ulular, en Beer Elim su ulular!
9 ¡Las aguas de Dimón van llenas de sangre! ¡Aún más añadiré sobre Dimón! ¡Contra los escapados de Moab, y contra los que queden en su suelo un león!
1 Enviad corderos al señor del país desde la Roca del Desierto al monte de la hija de Sión.
2 Como aves espantadas, nidada dispersa, serán las hijas de Moab cabe los vados del Arnón.
3 Presenta algún plan, toma una decisión. Haz tu sombra como la noche en pleno mediodía; esconde a los acosados, al fugitivo no delates.
4 Acójanse en ti los acosados de Moab; sé para ellos cobijo ante el devastador. Cuando no queden tiranos, acabe la devastación, y desaparezcan del país los opresores,
5 será establecido sobre la piedad el trono, y se sentará en él con lealtad - en la tienda de David - un juez que busque el derecho, y sea presto a la justicia.
6 Hemos oído la arrogancia de Moab: ¡una gran arrogancia! Su altanería, su arrogancia y su furor y sus bravatas sin fuerza.
7 Por eso, que ulule Moab por Moab; ulule todo él. Por los panes de uvas de Quir Jaréset gimen: «¡Ay, abatidos!»
8 Pues la campiña de Jesbón se ha marchitado, el viñedo de Sibmá, cuyas cepas majaron los señores de las gentes. Hasta Yazer alcanzaban, se perdían por el desierto, sus frondas se extendían, pasaban la mar.
9 Por eso voy a llorar como llora Yazer, viña de Sibmá. Te regaré con mis lágrimas, Jesbón y Elalé, porque sobre tu cosecha y sobre tu segada se ha extinguido el clamor,
10 y se retira del vergel alegría y alborozo, y en las viñas no se lanzan cantos de júbilo, ni gritos. Vino en los lagares no pisa el pisador: el clamor ha cesado.
11 Por eso mis entrañas por Moab como el arpa resuenan, y mi interior por Quir Jeres.
12 Luego, cuando vea Moab que se cansa sobre el alto, entrará a su santuario a orar, pero nada podrá.
13 Esta es la palabra que en un tiempo pronunció Yahveh acerca de Moab.
14 Y ahora ha hablado Yahveh diciendo: «Dentro de tres años, como años de jornalero, será despreciada la gloria de Moab con toda su numerosa muchedumbre, y el resto será pequeñísimo, insignificante.»
1 Oráculo contra Damasco. He aquí que Damasco deja de ser ciudad, y va a ser montón de derribo.
2 Abandonadas sus ciudades para siempre, serán para los ganados; se acostarán allí y no habrá quien los espante.
3 Dejará de existir el baluarte de Efraím y el reinado de Damasco, y el resto de Aram vendrá a ser como la gloria de los israelitas - oráculo de Yahveh Sebaot -.
4 Aquel día, será debilitada la gloria de Jacob, y su gordura enflaquecerá.
5 Será como cuando apuña un segador la mies, y su brazo las espigas siega; será como espigador en el valle de Refaím,
6 - que quedan en él rebuscos -; como en el vareo del olivo: dos, tres bayas en la punta de la guía; cuatro, cinco en sus ramas fructíferas - oráculo de Yahveh, el Dios de Israel -.
7 Aquel día se dirigirá el hombre a su Hacedor, y sus ojos hacia el Santo de Israel mirarán.
8 No se fijará en los altares, obras de sus manos, ni lo que hicieron sus dedos mirará: los cipos y las estelas solares.
9 Aquel día estarán tus ciudades abandonadas, como cuando el abandono de los bosques y matorrales, ante los hijos de Israel: habrá desolación.
10 Porque olvidaste a Dios tu salvador, y de la Roca de tu fortaleza no te acordaste. Por eso plantabas plantíos deleitosos, y de mugrón extranjero los sembraste.
11 Hoy tu plantío veías crecer, y florecer desde la mañana tu simiente. Pero desaparecerá la mies el día de la enfermedad, y el dolor será incurable.
12 ¡Ay!, bramar de muchos pueblos, como bramar de mares braman. Retumbar de naciones que retumban como retumbo de crecidas aguas.
13 (De naciones que retumban como retumbo de crecidas aguas.) Pero él las increpa, y de lejos huyen, y son perseguidas como el tamo de los montes por el viento, y como torbellino por el huracán.
14 A la hora del atardecer se presenta el miedo, antes de la mañana ya no existen. Esea sea la parte de nuestros despojadores, la suerte de nuestros saqueadores.
1 ¡Ay, tierra de susurro de alas, la de allende los ríos de Kus,
2 la que envía por mar embajadores, y en barcos de juncos sobre la haz de las aguas! Id, mensajeros ligeros, a la nación esbelta y de brillante piel, al pueblo temible desde siempre, nación vigorosa y dominadora, cuya tierra surcan ríos.
3 Todos los moradores del orbe y habitantes de la tierra, al izarse pendón en los montes, mirad, al tañerse el cuerno, escuchad;
4 que así me ha dicho Yahveh: Estaré quedo y observaré desde mi puesto, como calor ardiente al brillar la luz, como nube de rocío en el calor de la siega.
5 Pues antes de la siega, al acabar la floración, cuando su fruto en cierne comience a madurar, cortará los sarmientos con la podadera y los pámpanos viciosos arrancará y podará.
6 Serán dejados juntamente a merced de las aves rapaces de los montes y de las bestias de la tierra; pasarán allí el verano las rapaces y toda bestia terrestre allí invernará.
7 En aquel tiempo se presentará un obsequio a Yahveh Sebaot, al lugar del nombre de Yahveh Sebaot, el monte Sión, de parte de un pueblo esbelto y de brillante piel, y de parte de un pueblo temible desde siempre, nación vigorosa y dominadora, cuya tierra surcan ríos.
1 Oráculo contra Egipto. Allá va Yahveh cabalgando sobre nube ligera y entra en Egipto, se tambalean los ídolos de Egipto ante él y el corazón de Egipto se derrite en su interior.
2 Revolveré a egipcios contra egipcios, peleará cada cual con su hermano, y cada uno con su compañero, ciudad contra ciudad, reino contra reino.
3 Se trastornará el espíritu de Egipto en su interior, y sus planes anularé. Consultarán a los ídolos, a los brujos, a los nigromantes y los adivinos.
4 Entregaré a Egipto en manos de un señor duro, y un rey cruel los dominará - oráculo del Señor Yahveh Sebaot -.
5 Se desecarán las aguas del mar, y el Río se secará y quedará seco; hederán los ríos,
6 menguarán y se secarán los canales de Egipto. La caña y el junco se marchitarán.
7 Los prados junto al canal, junto al borde del canal, y todo sembrado del canal se secarán, serán aventados y desaparecerán.
8 Gemirán los pescadores, y se lamentarán todos los que echan en el canal anzuelo; y los que extienden red sobre las aguas, languidecerán.
9 Estarán confusos los que trabajan el lino, cardadoras y tejedores palidecerán.
10 Estarán sus tejedores abatidos, todos los jornaleros desanimados.
11 En verdad, están locos los príncipes de Soán, los sabios consejeros de Faraón forman un estúpido consejo. ¿Cómo decís a Faraón: «Hijo de sabios soy, hijo de reyes antiguos?»
12 Pues entonces, ¿dónde están tus sabios? Que te manifiesten, pues, y te hagan conocer lo que ha planeado Yahveh Sebaot tocante a Egipto.
13 Han enloquecido los príncipes de Soán, han sido engañados los príncipes de Nof; los jefes de sus tribus extravían a Egipto.
14 Yahveh ha infundido en ellos espíritu de vértigo que hace dar tumbos a Egipto en todas sus empresas, como se tambalea el ebrio en su vomitona.
15 Y no le sale bien a Egipto empresa alguna que haga la cabeza o la cola, la palmera o el junco.
16 Aquel día será Egipto como las mujeres. Temblará y se espantará cada vez que Yahveh Sebaot menee su mano contra él.
17 El territorio de Judá será la afrenta de Egipto: cada vez que se lo mienten, se espantará ante los planes que Yahveh Sebaot está trazando contra él.
18 Aquel día habrá cinco ciudades en tierra de Egipto que hablarán la lengua de Canaán y que jurarán por Yahveh Sebaot: Ir Haheres se llamará una de ellas.
19 Aquel día habrá un altar de Yahveh en medio del país de Egipto y una estela de Yahveh junto a su frontera.
20 Estará como señal y testimonio de Yahveh Sebaot en el país de Egipto. Cuando clamen a Yahveh a causa de los opresores, les enviará un libertador que los defenderá y librará.
21 Será conocido Yahveh de Egipto, y conocerá Egipto a Yahveh aquel día, le servirán con sacrificio y ofrenda, harán votos a Yahveh y los cumplirán.
22 Yahveh herirá a Egipto, pero al punto le curará. Se convertirán a Yahveh, y él será propicio y los curará.
23 Aquel día habrá una calzada desde Egipto a Asiria. Vendrá Asur a Egipto y Egipto a Asiria, y Egipto servirá a Asur.
24 Aquel día será Israel tercero con Egipto y Asur, objeto de bendición en medio de la tierra,
25 pues le bendecirá Yahveh Sebaot diciendo: «Bendito sea mi pueblo Egipto, la obra de mis manos Asur, y mi heredad Israel.»
1 El año en que vino el copero mayor a Asdod - cuando le envió Sargón, rey de Asur, y atacó a Asdod y la tomó -,
2 en aquella sazón habló Yahveh por medio de Isaías, hijo de Amós, en estos términos: «Ve y desata el sayal de tu cintura, y quítate las sandalias de los pies.» El lo hizo así, y anduvo desnudo y descalzo.
3 Dijo Yahveh: «Así como ha andado mi siervo Isaías desnudo y descalzo tres años como señal y presagio respecto a Egipto y Kus,
4 así conducirá el rey de Asur a los cautivos de Egipto y a los deportados de Kus, mozos y viejos, desnudos, descalzos y nalgas al aire - desnudez de Egipto.
5 Se quedarán asustados y confusos por Kus, su esperanza, y por Egipto, su prez.
6 Y dirán los habitantes de esta costa aquel día: «Ahí tenéis en qué ha parado la esperanza nuestra, adonde acudíamos en busca de auxilio para librarnos del rey de Asur. Pues ¿cómo nos escaparemos nosotros?
1 Oráculo sobre el Desierto Marítimo. Como torbellinos pasando por el Négueb vienen del desierto, del país temible.
2 Una visión dura me ha sido mostrada: El saqueador saquea y el devastador devasta. Sube Elam; asedia, Media. He hecho cesar todo suspiro.
3 Por eso mis riñones se han llenado de espanto. En mí hacen presa dolores, como dolores de parturienta. Estoy pasmado sin poder oír, me estremezco sin ver.
4 He perdido el sentido, escalofríos me sobrecogen. El crepúsculo de mis anhelos se me convierte en sobresalto.
5 Se prepara la mesa, se despliega el mantel, se come y se bebe. - ¡Levantaos, jefes, engrasad el escudo!
6 Pues así me ha dicho el Señor: «Anda, pon un vigía que vea y avise.
7 Cuando vea carros, troncos de caballos, jinetes en burro, jinetes en camello, preste atención, mucha atención.»
8 Y exclamó el vigía: «Sobre la atalaya, mi señor, estoy firme a lo largo del día, y en mi puesto de guardia estoy firme noches enteras.
9 Pues bien: por ahí vienen jinetes, troncos de caballos.» Replicó y dijo: «¡Cayó, cayó Babilonia, y todas las estatuas de sus dioses se han estrellado contra el suelo!»
10 Trilla mía y parva de mi era: lo que he oído de parte de Yahveh Sebaot, Dios de Israel, os lo he anunciado.
11 Oráculo sobre Duma. Alguien me grita desde Seír: «Centinela, ¿qué hay de la noche? centinela, ¿qué hay de la noche?»
12 Dice el centinela: «Se hizo de mañana y también de noche. Si queréis preguntar, volveos, venid.»
13 Oráculo en la estepa. En el bosque, en la estepa, haced noche, caravanas de dedanitas.
14 Al encuentro del sediento llevad agua, habitantes del país de Temá; salid con pan al encuentro del fugitivo.
15 Pues de las espadas huyen, de la espada desnuda, del arco tendido, de la pesadumbre de la guerra.
16 Pues así me ha dicho el Señor: «Al cabo de un año como año de jornalero se habrá consumido toda la gloria de Quedar.
17 Del resto de los arqueros, de los paladines, de los bravos de los hijos de Quedar, quedarán pocos, porque Yahveh, Dios de Israel, lo ha dicho.»
1 Oráculo contra el valle de la Visión. ¿Qué tienes ahora, que has subido en pleno a las azoteas,
2 de rumores henchida, ciudad alborotada, villa bullanguera? Tus caídos no son caídos a espada ni muertos en guerra.
3 Todos sus jefes huyeron a una: del arco escapaban. Todos tus valientes fueron apresados a una: lejos huían.
4 Por eso he dicho: «¡Apartaos de mí! Voy a llorar amargamente. No os empeñéis en consolarme por la devastación de la hija de mi pueblo.»
5 Porque es día de perturbación, de extravío y de aplastamiento para el Señor Yahveh Sebaot. En el valle de la Visión se zapa un muro y el grito de socorro llega a la montaña,
6 Elam lleva el carcaj, Aram monta a caballo, Quir desnuda el escudo.
7 Tus mejores valles se vieron llenos de carros, y los de a caballo formaron frente a la puerta.
8 Entonces cayó la defensa de Judá. Contemplasteis aquel día el arsenal de la Casa del Bosque.
9 Y las brechas de la ciudad de David visteis que eran muchas, y reunisteis las aguas de la alberca inferior.
10 Las casas de Jerusalén contasteis, y demolisteis casas para fortificar la muralla.
11 Un estanque hicisteis entre ambos muros para las aguas de la alberca vieja; pero no os fijasteis en su Hacedor, al que desde antiguo lo ideó de lejos no le visteis.
12 Llamaba el Señor Yahveh Sebaot aquel día a lloro y a lamento y a raparse y ceñirse de sayal,
13 mas lo que hubo fue jolgorio y alegría, matanza de bueyes y degüello de ovejas, comer carne y beber vino: «¡Comamos y bebamos, que mañana moriremos!»
14 Entonces me reveló al oído Yahveh Sebaot: «No será expiada esa culpa hasta que muráis» - ha dicho el Señor Yahveh Sebaot -.
15 Así dice el Señor Yahveh Sebaot: Preséntate al mayordomo, a Sebná, encargado del palacio,
16 el que labra en alto su tumba, el que se talla en la peña una morada: «¿Qué es tuyo aquí y a quién tienes aquí, que te has labrado aquí una tumba?»
17 He aquí que Yahveh te hace rebotar, hombre, y te vuelve a agarrar.
18 Te enrolla en ovillo, como una pelota en tierra de amplios espacios. Allí morirás, y allí irán tus carrozas gloriosas, vergüenza del palacio de tu señor.
19 Te empujaré de tu peana y de tu pedestal te apearé.
20 Aquel día llamaré a mi siervo Elyaquim, hijo de Jilquías.
21 Le revestiré de tu túnica, con tu fajín le sujetaré, tu autoridad pondré en su mano, y será él un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá.
22 Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrirá, y nadie cerrará, cerrará, y nadie abrirá.
23 Le hincaré como clavija en lugar seguro, y será trono de gloria para la casa de su padre.
24 Colgarán allí todo lo de valor de la casa de su padre - sus descendientes y su posteridad -, todo el ajuar menudo, todas las tazas y cántaros.
25 Aquel día - oráculo de Yahveh Sebaot - se removerá la clavija hincada en sitio seguro, cederá y caerá, y se hará añicos el peso que sostenía, porque Yahveh ha hablado.
1 Oráculo sobre Tiro. Ululad, naves de Tarsis, porque ha sido destruida vuestra fortaleza. De vuelta del país de Kittim les ha sido descubierto.
2 Quedad mudos, habitantes de la costa, mercaderes de Sidón, cuyos viajantes atravesaban el mar
3 por las aguas inmensas. La siembra del canal, la siega del Nilo, era su riqueza, y ella era el mercado de las naciones.
4 Avergüénzate, Sidón, porque ha dicho la mar: «No tuve dolores ni di a luz, ni crié mancebos, ni eduqué doncellas.»
5 En cuanto se oiga la nueva en Egipto, se dolerán de las nuevas de Tiro.
6 Pasad a Tarsis, ululad, habitantes de la costa:
7 ¿Es ése vuestro emporio arrogante, de remota antigüedad, cuyos pies le llevaron lejos en sus andanzas?
8 ¿Quién ha planeado esto contra Tiro, la coronada cuyos comerciantes eran príncipes, cuyos traficantes eran nobles de la tierra?
9 Es Yahveh Sebaot quien ha planeado profanar el orgullo de toda su magnificencia y envilecer a todos los nobles de la tierra.
10 Cultiva tu tierra, hija de Tarsis: no hay puerto ya.
11 Su mano extendió él sobre la mar, hizo estremecer los reinos. Yahveh mandó respecto a Canaán, demoler sus castillos,
12 y dijo: No vuelvas más a rebullir, doncella oprimida, hija de Sidón. Levántate y vete a Kittim, que tampoco allí tendrás reposo.
13 Ahí tienes la tierra de los caldeos; no eran un pueblo; Asur la fundó para las bestias del desierto. Levantaron torres de asalto, demolieron sus alcázares, la convirtieron en ruinas.
14 Ululad, naves de Tarsis, porque ha sido destruida vuestra fortaleza.
15 Aquel día quedará en olvido Tiro durante setenta años. En los días de otro rey, al cabo de setenta años, le sucederá a Tiro como en la canción de la ramera:
16 «Toma el arpa, rodea la ciudad, ramera olvidada: tócala bien, canta a más y mejor, para que seas recordada.»
17 Bien, al cabo de los setenta años visitará Yahveh a Tiro, y ella volverá a su ganancia y se prostituirá a todos los reinos de la tierra sobre la haz de la tierra.
18 Será su mercadería y su ganancia consagrada a Yahveh. No será atesorada ni almacenada, sino que para los que moren delante de Yahveh será su mercadería, para comer a saciedad y para cubrirse espléndidamente.