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SALMOS 126-150

(Los números de los Salmos entre paréntesis corresponden a la Vulgata)

 

126    127    128    129    130    131    132    133    134    135    136    137    138    139    140    141    142    143    144    145    146    147    148    149    150

 

Salmo 126 (125)

(1) = Canción de las subidas. =

1 Cuando Yahveh hizo volver a los cautivos de Sión, como soñando nos quedamos;

2 entonces se llenó de risa nuestra boca y nuestros labios de gritos de alegría. Entonces se decía entre las naciones: ¡Grandes cosas ha hecho Yahveh con éstos!

3 ¡Sí, grandes cosas hizo con nosotros Yahveh, el gozo nos colmaba!

4 ¡Haz volver, Yahveh, a nuestros cautivos como torrentes en el Négueb!

5 Los que siembran con lágrimas cosechan entre cánticos.

6 Al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando trayendo sus gavillas.

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Salmo 127 (126)

(1) = Canción de las subidas. De Salomón. = 1 Si Yahveh no construye la casa, en vano se afanan los constructores; si Yahveh no guarda la ciudad, en vano vigila la guardia.

2 En vano madrugáis a levantaros, el descanso retrasáis, los que coméis pan de fatigas, cuando él colma a su amado mientras duerme.

3 La herencia de Yahveh son los hijos, recompensa el fruto de las entrañas;

4 como flechas en la mano del héroe, así los hijos de la juventud.

5 Dichoso el hombre que ha llenado de ellas su aljaba; no quedarán confusos cuando tengan pleito con sus enemigos en la puerta.

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Salmo 128 (127)

(1) = Canción de las subidas. =

1 Dichosos todos los que temen a Yahveh, los que van por sus caminos.

2 Del trabajo de tus manos comerás, ¡dichoso tú, que todo te irá bien!

3 Tu esposa será como parra fecunda en el secreto de tu casa. Tus hijos, como brotes de olivo en torno a tu mesa.

4 Así será bendito el hombre que teme a Yahveh.

5 ¡Bendígate Yahveh desde Sión, que veas en ventura a Jerusalén todos los días de tu vida,

6 y veas a los hijos de tus hijos! ¡Paz a Israel!

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Salmo 129 (128)

(1) = Canción de las subidas. =

1 Mucho me han asediado desde mi juventud, - que lo diga Israel -

2 mucho me han asediado desde mi juventud, pero conmigo no han podido.

3 Sobre mi espalda araron aradores, alargaron sus surcos.

4 Yahveh, el justo ha roto las coyundas de los impíos.

5 ¡Sean avergonzados, retrocedan todos los que odian a Sión;

6 sean como la hierba de los techos que se seca antes de arrancarla!

7 De ella no llena el segador su mano ni su regazo el gavillador;

8 y no dicen tampoco los que pasan: ¡Bendición de Yahveh sobre vosotros! Nosotros os bendecimos en el nombre de Yahveh.

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Salmo 130 (129)

(1) = Canción de las subidas. =

1 Desde lo más profundos grito a ti, Yahveh:

2 ¡Señor, escucha mi clamor! ¡Estén atentos tus oídos a la voz de mis súplicas!

3 Si en cuenta tomas las culpas, oh Yahveh, ¿quién, Señor, resistirá?

4 Mas el perdón se halla junto a ti, para que seas temido.

5 Yo espero en Yahveh, mi alma espera en su palabra;

6 mi alma aguarda al Señor más que los centinelas la aurora; mas que los centinelas la aurora,

7 aguarde Israel a Yahveh. Porque con Yahveh está el amor, junto a él abundancia de rescate;

8 él rescatará a Israel de todas sus culpas.

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Salmo 131 (130)

(1) = Canción de las subidas. De David. = 1 No está inflado, Yahveh, mi corazón, ni mis ojos subidos. No he tomado un camino de grandezas ni de prodigios que me vienen anchos.

2 No, mantengo mi alma en paz y silencio como niño destetado en el regazo de su madre. ¡Como niño destetado está mi alma en mí!

3 ¡Espera, Israel, en Yahveh desde ahora y por siempre!

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Salmo 132 (131)

(1) = Canción de las subidas. =

1 Acuérdate, Yahveh, en favor de David, de todos sus desvelos,

2 del juramento que hizo a Yahveh, de su voto al Fuerte de Jacob:

3 «No he de entrar bajo el techo de mi casa, no he de subir al lecho en que reposo,

4 sueño a mis ojos no he de conceder ni quietud a mis párpados,

5 mientras no encuentre un lugar para Yahveh, una Morada para el Fuerte de Jacob.»

6 Mirad: hemos oído de Ella que está en Efratá, ¡la hemos encontrado en los Campos del Bosque!

7 ¡Vayamos a la Morada de él, ante el estrado de sus pies postrémonos!

8 ¡Levántate, Yahveh, hacia tu reposo, tú y el arca de tu fuerza!

9 Tus sacerdotes se vistan de justicia, griten de alegría tus amigos.

10 En gracia a David, tu servidor, no rechaces el rostro de tu ungido.

11 Juró Yahveh a David, verdad que no retractará: «El fruto de tu seno asentaré en tu trono.

12 «Si tus hijos guardan mi alianza, el dictamen que yo les enseño, también sus hijos para siempre se sentarán sobre tu trono.»

13 Porque Yahveh ha escogido a Sión, la ha querido como sede para sí:

14 «Aquí está mi reposo para siempre, en él me sentaré, pues lo he querido.

15 «Sus provisiones bendeciré sin tasa, a sus pobres hartaré de pan,

16 de salvación vestiré a sus sacerdotes, y sus amigos gritarán de júbilo.

17 «Allí suscitaré a David un fuerte vástago, aprestaré una lámpara a mi ungido;

18 de vergüenza cubriré a sus enemigos, y sobre él brillará su diadema».

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Salmo 133 (132)

(1) = Canción de las subidas. De David. = 1 ¡Oh, qué bueno, qué dulce habitar los hermanos todos juntos!

2 Como un ungüento fino en la cabeza, que baja por la barba, que baja por la barba de Aarón, hasta la orla de sus vestiduras.

3 Como el rocío del Hermón que baja por las alturas de Sión; allí Yahveh la bendición dispensa, la vida para siempre.

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Salmo 134 (133)

(1) = Canción de las subidas. =

1 ¡Oh, bendecid a Yahveh todos los servidores de Yahveh, que servís en la Casa de Yahveh, en los atrios de la Casa del Dios nuestro!

2 ¡Por las noches alzad las manos hacia el santuario, y bendecid a Yahveh!

3 ¡Bendígate Yahveh desde Sión, él, que hizo los cielos y la tierra!

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Salmo 135 (134)

(1) ¡Aleluya!

1 Alabad el nombre de Yahveh, alabad, servidores de Yahveh,

2 que servís en la Casa de Yahveh, en los atrios de la Casa del Dios nuestro.

3 Alabad a Yahveh, porque es bueno Yahveh, salmodiad a su nombre, que es amable.

4 Pues Yahveh se ha elegido a Jacob, a Israel, como su propiedad.

5 Bien sé yo que es grande Yahveh, nuestro Señor más que todos los dioses.

6 Todo cuanto agrada a Yahveh, lo hace en el cielo y en la tierra, en los mares y en todos los abismos.

7 Levantando las nubes desde el extremo de la tierra, para la lluvia hace él los relámpagos, saca de sus depósitos el viento.

8 El hirió a los primogénitos de Egipto, desde el hombre al ganado;

9 mandó señales y prodigios en medio de ti, Egipto, contra Faraón y todos sus siervos.

10 Hirió a naciones en gran número, dio muerte a reyes poderosos,

11 a Sijón, rey de los amorreos, a Og, rey de Basán, y a todos los reinos de Canaán;

12 y dio sus tierras en herencia, en herencia a su pueblo Israel.

13 ¡Yahveh, tu nombre para siempre, Yahveh, tu memoria de edad en edad!

14 Porque Yahveh a su pueblo hace justicia, y se compadece de sus siervos.

15 Los ídolos de las naciones, plata y oro, obra de manos de hombre

16 tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven;

17 tienen oídos y no oyen, ni un soplo siquiera hay en su boca.

18 Como ellos serán los que los hacen, cuantos en ellos ponen su confianza.

19 Caza de Israel, bendecid a Yahveh, casa de Aarón, bendecid a Yahveh,

20 casa de Leví, bendecid a Yahveh, los que a Yahveh teméis, bendecid a Yahveh.

21 ¡Bendito sea Yahveh desde Sión, el que habita en Jerusalén!

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Salmo 136 (135)

¡Aleluya!

1 ¡Dad gracias a Yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor!

2 Dad gracias al Dios de los dioses, porque es eterno su amor;

3 dad gracias al Señor de los señores, porque es eterno su amor.

4 El solo hizo maravillas, porque es eterno su amor.

5 Hizo los cielos con inteligencia, porque es eterno su amor;

6 sobre las aguas asentó la tierra, porque es eterno su amor.

7 Hizo las grandes lumbreras, porque es eterno su amor;

8 el sol para regir el día, porque es eterno su amor;

9 la luna y las estrellas para regir la noche, porque es eterno su amor.

10 Hirió en sus primogénitos a Egipto, porque es eterno su amor;

11 y sacó a Israel de entre ellos, porque es eterno su amor;

12 con mano fuerte y tenso brazo, porque es eterno su amor.

13 El mar de Suf partió en dos, porque es eterno su amor;

14 por medio a Israel hizo pasar, porque es eterno su amor;

15 y hundió en él a Faraón con sus huestes, porque es eterno su amor.

16 Guió a su pueblo en el desierto, porque es eterno su amor;

17 hirió a grandes reyes, porque es eterno su amor;

18 y dio muerte a reyes poderosos, porque es eterno su amor;

19 a Sijón, rey de los amorreos, porque es eterno su amor;

20 y a Og, rey de Basán, porque es eterno su amor.

21 Y dio sus tierras en herencia, porque es eterno su amor;

22 en herencia a su siervo Israel, porque es eterno su amor.

23 En nuestra humillación se acordó de nosotros, porque es eterno su amor;

24 y nos libró de nuestros adversarios, porque es eterno su amor.

25 El da el pan a toda carne, porque es eterno su amor;

26 ¡Dad gracias al Dios de los cielos, porque es eterno su amor!

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Salmo 137 (136)

1 A orillas de los ríos de Babilonia estábamos sentados y llorábamos, acordándonos de Sión;

2 en los álamos de la orilla teníamos colgadas nuestras cítaras.

3 Allí nos pidieron nuestros deportadores cánticos, nuestros raptores alegría: «¡Cantad para nosotros un cantar de Sión!»

4 ¿Cómo podríamos cantar un canto de Yahveh en una tierra extraña?

5 ¡Jerusalén, si yo de ti me olvido, que se seque mi diestra!

6 ¡Mi lengua se me pegue al paladar si de ti no me acuerdo, si no alzo a Jerusalén al colmo de mi gozo!

7 Acuérdate, Yahveh, contra los hijos de Edom, del día de Jerusalén, cuando ellos decían: ¡Arrasad, arrasadla hasta sus cimientos!

8 ¡Hija de Babel, devastadora, feliz quien te devuelva el mal que nos hiciste,

9 feliz quien agarre y estrelle contra la roca a tus pequeños!

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Salmo 138 (137)

(1) = De David. =

1 Te doy gracias, Yahveh, de todo corazón, pues tú has escuchado las palabras de mi boca. En presencia de los ángeles salmodio para ti,

2 hacia tu santo Templo me prosterno. Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tu promesa ha superado tu renombre.

3 El día en que grité, tú me escuchaste, aumentaste la fuerza en mi alma.

4 Te dan gracias, Yahveh, todos los reyes de la tierra, porque oyen las promesas de tu boca;

5 y cantan los caminos de Yahveh: «¡Qué grande la gloria de Yahveh!

6 ¡Excelso es Yahveh, y ve al humilde, al soberbio le conoce desde lejos!»

7 Si ando en medio de angustias, tú me das la vida, frente a la cólera de mis enemigos, extiendes tú la mano y tu diestra me salva:

8 Yahveh lo acabará todo por mí. ¡Oh Yahveh, es eterno tu amor, no dejes la obra de tus manos!

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Salmo 139 (138)

(1) = Del maestro de coro. De David. Salmo. = 1 Yahveh, tú me escrutas y conoces;

2 sabes cuándo me siento y cuándo me levanto, mi pensamiento calas desde lejos;

3 esté yo en camino o acostado, tú lo adviertes, familiares te son todas mis sendas.

4 Que no está aún en mi lengua la palabra, y ya tú, Yahveh, la conoces entera;

5 me aprietas por detrás y por delante, y tienes puesta sobre mí tu mano.

6 Ciencia es misteriosa para mí, harto alta, no puedo alcanzarla.

7 ¿A dónde iré yo lejos de tu espíritu, a dónde de tu rostro podré huir?

8 Si hasta los cielos subo, allí estás tú, si en el seol me acuesto, allí te encuentras.

9 Si tomo las alas de la aurora, si voy a parar a lo último del mar,

10 también allí tu mano me conduce, tu diestra me aprehende.

11 Aunque diga: «¡Me cubra al menos la tiniebla, y la noche sea en torno a mí un ceñidor,

12 ni la misma tiniebla es tenebrosa para ti, y la noche es luminosa como el día.

13 Porque tú mis riñones has formado, me has tejido en el vientre de mi madre;

14 yo te doy gracias por tantas maravillas: prodigio soy, prodigios son tus obras. Mi alma conocías cabalmente,

15 y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo formado en lo secreto, tejido en las honduras de la tierra.

16 Mi embrión tus ojos lo veían; en tu libro están inscritos todos los días que han sido señalados, sin que aún exista uno solo de ellos.

17 Mas para mí ¡qué arduos son tus pensamientos, oh, Dios, qué incontable su suma!

18 ¡Son más, si los recuento, que la arena, y al terminar, todavía estoy contigo!

19 ¡Ah, si al impío, oh Dios, mataras, si los hombres sanguinarios se apartaran de mí!

20 Ellos que hablan de ti dolosamente, tus adversarios que se alzan en vano.

21 ¿No odio, Yahveh, a quienes te odian? ¿No me asquean los que se alzan contra ti?

22 Con odio colmado los odio, son para mí enemigos.

23 Sóndame, oh Dios, mi corazón conoce, pruébame, conoce mis desvelos;

24 mira no haya en mí camino de dolor, y llévame por el camino eterno.

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Salmo 140 (139)

(1) = Del maestro de coro. Salmo. De David. =

1 (2) Líbrame, Yahveh, del hombre malo, del hombre violento guárdame,

2 (3) los que en su corazón maquinan males, y peleas albergan todo el día,

3 (4) aguzan su lengua igual que una serpiente, veneno de víbora hay bajo sus labios. = Pausa =

4 (5) Presérvame, Yahveh, de las manos del impío, del hombre violento guárdame, los que proyectan trastornar mis pasos,

5 (6) los insolentes que me han ocultado cepo y lazos, y tienden una red bajo mis pies, y al borde del sendero me han emplazado trampas. = Pausa. =

6 (7) Yo he dicho a Yahveh: Tú eres mi Dios, escucha, Yahveh, la voz de mis súplicas.

7 (8) Oh Yahveh, Señor mío, fuerza de mi salvación, tú cubres mi cabeza el día del combate.

8 (9) No otorgues, Yahveh, al impío su deseo, no dejes que su plan se realice. Los que me asedian no alcen sobre mí

9 (10) su cabeza, = Pausa = ahóguelos la malicia de sus labios;

10 (11) llueva sobre ellos carbones encendidos, en el abismo hundidos, no se levanten más;

11 (12) no arraigue más en la tierra el deslenguado. al violento lo atrape de golpe la desgracia.

12 (13) Sé que Yahveh al humilde hará justicia, y llevará el juicio de los pobres.

13 (14) Sí, los justos darán gracias a tu nombre, los rectos morarán en tu presencia.

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Salmo 141 (140)

(1) = Salmo. De David. =

1 Yo te invoco, Yahveh, ven presto a mí, escucha mi voz cuando a ti clamo.

2 Valga ante ti mi oración como incienso, el alzar de mis manos como oblación de la tarde.

3 Pon, Yahveh, en mi boca un centinela, un vigía a la puerta de mis labios.

4 No dejes que tienda mi corazón a cosa mala, a perpetrar acciones criminales en compañía de malhechores, y no guste yo lo que hace sus delicias.

5 Que el justo me hiera por amor, y me corrija, pero el ungüento del impío jamás lustre mi cabeza, pues me comprometería aún más en sus maldades.

6 Han quedado a merced de la Roca, su juez, los que oyeron con regodeo mis palabras:

7 «Como piedra de molino estrellada por tierra son esparcidos nuestros huesos a la boca del seol.»

8 Hacia ti, Señor Yahveh, miran mis ojos, ¡en ti me cobijo, no desampares mi alma!

9 Guárdame del lazo que me tienden, de la trampa de los malhechores.

10 Caigan los impíos, cada uno en su red, mientras yo paso indemne.

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Salmo 142 (141)

(1) = Poema. De David. Cuando estaba en la cueva. Oración. =

1 (2) A Yahveh en mi clamor imploro. A Yahveh en mi clamor suplico.

2 (3) Ante él derramo mi lamento, mi angustia ante él expongo,

3 (4) cuando el aliento en mí se apaga; mas tú conoces mi sendero. En el camino por donde voy me han escondido un lazo.

4 (5) A la derecha mira, y ve, nadie hay que me conozca. Huye de mí todo refugio, nadie hay que cuide de mi alma.

5 (6) Hacia ti clamo, Yahveh; digo: ¡Tú, mi refugio, mi porción en la tierra de los vivos!

6 (7) Atiende a mi clamor, pues estoy abatido del todo. ¡Líbrame tú de mis perseguidores, pues son más fuertes que yo!

7 (8) ¡Saca mi alma de la cárcel, y daré gracias a tu nombre! En torno a mí los justos harán corro, por tu favor para conmigo.

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Salmo 143 (142)

(1) = Salmo. De David. =

1 Yahveh, escucha mi oración, presta oído a mis súplicas, por tu lealtad respóndeme, por tu justicia;

2 no entres en juicio con tu siervo, pues no es justo ante ti ningún viviente.

3 Persigue mi alma el enemigo, mi vida estrella contra el suelo; me hace morar en las tinieblas, como los que han muerto para siempre;

4 se apaga en mí el aliento, mi corazón dentro de mí enmudece.

5 Me acuerdo de los días de antaño, medito en todas tus acciones, pondero las obras de tus manos;

6 hacia ti mis manos tiendo, mi alma es como una tierra que tiene sed de ti. = Pausa. =

7 ¡Oh, pronto, respóndeme, Yahveh, el aliento me falta; no escondas lejos de mí tu rostro, pues sería yo como los que bajan a la fosa!

8 Haz que sienta tu amor a la mañana, porque confío en ti; hazme saber el camino a seguir, porque hacia ti levanto mi alma.

9 Líbrame de mis enemigos, Yahveh en ti me refugio;

10 enséñame a cumplir tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu espíritu que es bueno me guíe por una tierra llana.

11 Por tu nombre, Yahveh, dame la vida, por tu justicia saca mi alma de la angustia;

12 por tu amor aniquila a mis enemigos, pierde a todos los que oprimen mi alma, porque yo soy tu servidor.

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Salmo 144 (143)

(1) = De David. =

1 Bendito sea Yahveh, mi Roca, que adiestra mis manos para el combate, mis dedos para la batalla;

2 él, mi amor y mi baluarte, mi ciudadela y mi libertador, mi escudo en el que me cobijo, el que los pueblos somete a mi poder.

3 Yahveh, ¿qué es el hombre para que le conozcas, el hijo de hombre para que en él pienses?

4 El hombre es semejante a un soplo, sus días, como sombra que pasa.

5 ¡Yahveh, inclina tus cielos y desciende, toca los montes, que echen humo;

6 fulmina el rayo y desconciértalos, lanza tus flechas y trastórnalos!

7 Extiende tu mano desde lo alto, sálvame, líbrame de las muchas aguas, de la mano de los hijos de extranjeros,

8 cuya boca profiere falsedad y cuya diestra es diestra de mentira.

9 Oh Dios, quiero cantarte un canto nuevo, salmodiar para ti al arpa de diez cuerdas,

10 tú que das a los reyes la victoria, que salvas a David tu servidor. De espada de infortunio

11 sálvame. líbrame de la mano de extranjeros, cuya boca profiere falsedad y cuya diestra es diestra de mentira.

12 Sean nuestros hijos como plantas florecientes en su juventud, nuestras hijas como columnas angulares, esculpidas como las de un palacio;

13 nuestros graneros llenos, rebosantes de frutos de toda especie, nuestras ovejas, a millares, a miríadas, por nuestras praderías;

14 nuestras bestias bien cargadas; no haya brecha ni salida, ni grito en nuestras plazas.

15 ¡Feliz el pueblo a quien así sucede feliz el pueblo cuyo Dios es Yahveh!

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Salmo 145 (144)

(1) = Himno. De David. =

1 = Alef. = Yo te ensalzo, oh Rey Dios mío, y bendigo tu nombre para siempre jamás;

2 = Bet. = todos los días te bendeciré, por siempre jamás alabaré tu nombre;

3 = Guímel. = grande es Yahveh y muy digno de alabanza, insondable su grandeza.

4 = Dálet. = Una edad a otra encomiará tus obras, pregonará tus proezas.

5 = He. = El esplendor, la gloria de tu majestad, el relato de tus maravillas, yo recitaré.

6 = Vau. = Del poder de tus portentos se hablará, y yo tus grandezas contaré;

7 = Zain. = se hará memoria de tu inmensa bondad, se aclamará tu justicia.

8 = Jet. = Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la cólera y grande en amor;

9 = Tet = bueno es Yahveh para con todos, y sus ternuras sobre todas sus obras.

10 = Yod. = Te darán gracias, Yahveh, todas tus obras y tus amigos te bendecirán;

11 = Kaf. = dirán la gloria de tu reino, de tus proezas hablarán,

12 = Lámed. = para mostrar a los hijos de Adán tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino.

13 = Mem. = Tu reino, un reino por los siglos todos, tu dominio, por todas las edades. = (Nun.) = Yahveh es fiel en todas sus palabras, en todas sus obras amoroso;

14 = Sámek. = Yahveh sostiene a todos los que caen, a todos los encorvados endereza.

15 = Ain. = Los ojos de todos fijos en ti, esperan que les des a su tiempo el alimento;

16 = Pe. = abres la mano tú y sacias a todo viviente a su placer.

17 = Sade. = Yahveh es justo en todos sus caminos, en todas sus obras amoroso;

18 = Qof. = cerca está Yahveh de los que le invocan, de todos los que le invocan con verdad.

19 = Res. = El cumple el deseo de los que le temen, escucha su clamor y los libera;

20 = Sin. = guarda Yahveh a cuantos le aman, a todos los impíos extermina.

21 = Tau. = ¡La alabanza de Yahveh diga mi boca, y toda carne bendiga su nombre sacrosanto, para siempre jamás!

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Salmo 146 (145)

(1) ¡Aleluya!

1 ¡Alaba a Yahveh, alma mía!

2 A Yahveh, mientras viva, he de alabar, mientras exista salmodiaré para mi Dios.

3 No pongáis vuestra confianza en príncipes, en un hijo de hombre, que no puede salvar;

4 su soplo exhala, a su barro retorna, y en ese día sus proyectos fenecen.

5 Feliz aquel que en el Dios de Jacob tiene su apoyo, y su esperanza en Yahveh su Dios,

6 que hizo los cielos y la tierra, el mar y cuanto en ellos hay; que guarda por siempre lealtad,

7 hace justicia a los oprimidos, da el pan a los hambrientos, Yahveh suelta a los encadenados.

8 Yahveh abre los ojos a los ciegos, Yahveh a los encorvados endereza, Ama Yahveh a los justos,

9 Yahveh protege al forastero, a la viuda y al huérfano sostiene. mas el camino de los impíos tuerce;

10 Yahveh reina para siempre, tu Dios, Sión, de edad en edad.

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Salmo 147 (146-147)

¡Aleluya!

1 Alabad a Yahveh, que es bueno salmodiar, a nuestro Dios, que es dulce la alabanza.

2 Edifica Yahveh a Jerusalén, congrega a los deportados de Israel;

3 él sana a los de roto corazón, y venda sus heridas.

4 El cuenta el número de estrellas, y llama a cada una por su nombre;

5 grande es nuestro Señor, y de gran fuerza, no tiene medida su saber.

6 Yahveh sostiene a los humildes, hasta la tierra abate a los impíos.

7 Cantad a Yahveh en acción de gracias, salmodiad a la cítara para nuestro Dios:

8 El que cubre de nubes los cielos, el que lluvia a la tierra prepara, el que hace germinar en los montes la hierba, y las plantas para usos del hombre,

9 el que dispensa al ganado su sustento, a las crías del cuervo cuando chillan.

10 No le agrada el brío del caballo, ni se complace en los músculos del hombre.

11 Se complace Yahveh en los que le temen, en los que esperan en su amor.

12 ¡Celebra a Yahveh, Jerusalén, alaba a tu Dios, Sión!

13 Que él ha reforzado los cerrojos de tus puertas, ha bendecido en ti a tus hijos;

14 pone paz en tu término, te sacia con la flor del trigo.

15 El envía a la tierra su mensaje, a toda prisa corre su palabra;

16 como lana distribuye la nieve, esparce la escarcha cual ceniza.

17 Arroja su hielo como migas de pan, a su frío ¿quién puede resistir?

18 Envía su palabra y hace derretirse, sopla su viento y corren las aguas.

19 El revela a Jacob su palabra, sus preceptos y sus juicios a Israel:

20 no hizo tal con ninguna nación, ni una sola sus juicios conoció.

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Salmo 148

(1) ¡Aleluya!

1 ¡Alabad a Yahveh desde los cielos, alabadle en las alturas,

2 alabadle, ángeles suyos todos, todas sus huestes, alabadle!

3 ¡Alabadle, sol y luna, alabadle todas las estrellas de luz,

4 alabadle, cielos de los cielos, y aguas que estáis encima de los cielos!

5 Alaben ellos el nombre de Yahveh: pues él ordenó y fueron creados;

6 él los fijó por siempre, por los siglos, ley les dio que no pasará.

7 ¡Alabad a Yahveh desde la tierra, monstruos del mar y todos los abismos,

8 fuego y granizo, nieve y bruma, viento tempestuoso, ejecutor de su palabra,

9 montañas y todas la colinas, árbol frutal y cedros todos,

10 fieras y todos los ganados, reptil y pájaro que vuela,

11 reyes de la tierra y pueblos todos, príncipes y todos los jueces de la tierra,

12 jóvenes y doncellas también, viejos junto con los niños!

13 Alaben el nombre de Yahveh: porque sólo su nombre es sublime, su majestad por encima de la tierra y el cielo.

14 El realza la frente de su pueblo, de todos sus amigos alabanza, de los hijos de Israel, pueblo de sus íntimos.

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Salmo 149

(1) ¡Aleluya!

1 ¡Cantad a Yahveh un cantar nuevo: su alabanza en la asamblea de sus amigos!

2 ¡Regocíjese Israel en su hacedor, los hijos de Sión exulten en su rey;

3 alaben su nombre con la danza, con tamboril y cítara salmodien para él!

4 Porque Yahveh en su pueblo se complace, adorna de salvación a los humildes.

5 Exalten de gloria sus amigos, desde su lecho griten de alegría:

6 los elogios de Dios en su garganta, y en su mano la espada de dos filos;

7 para ejecutar venganza en las naciones, castigos en los pueblos,

8 para atar con cadenas a sus reyes, con grillos de hierro a sus magnates,

9 para aplicarles la sentencia escrita: ¡será un honor para todos sus amigos!

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Salmo 150

(1) ¡Aleluya!

1 Alabad a Dios en su santuario, alabadle en el firmamento de su fuerza,

2 alabadle por sus grandes hazañas, alabadle por su inmensa grandeza.

3 Alabadle con clangor de cuerno, alabadle con arpa y con cítara,

4 alabadle con tamboril y danza, alabadle con laúd y flauta,

5 alabadle con címbalos sonoros, alabadle con címbalos de aclamación.

6¡Todo cuanto respira alabe a Yahveh!

7¡Aleluya!

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