volver  Orientaciones Pastorales 2002-2005  Palabras del Pastor      volver

 4.1.- ÁREA AGENTES EVANGELIZADORES.

Ofrece sus servicios a los agentes pastorales y a los ambientes en que estos desarrollan su vida y su tarea evangelizadora, teniendo como principal objetivo, promover y apoyar la vocación particular de cada persona y su misión en la Iglesia y en el mundo.                  

 4.1.1.-Comisión Diocesana de Pastoral Familiar.

  Fundamentación:

Fundamentados en la Palabra de Dios y considerando que la familia “en los tiempos modernos ha sufrido quizá como ninguna otra institución la acometida de las transformaciones amplias, profundas y rápidas de la sociedad y de la cultura” y que “el matrimonio y la familia constituyen uno de los bienes más preciosos de la humanidad”, la pastoral familiar está llamada a trabajar para que se reconozca su incalculable valor y a intensificar su evangelización.

Mirada a la luz de la Revelación y de la experiencia pastoral que, gracias a Dios, muchos hemos tenido, la familia aparece como una manifestación del Evangelio, una Buena Noticia, que es imperioso anunciar a las nuevas generaciones y también a todos aquellos que, por diversas razones, han experimentado el peso de un matrimonio puesto a prueba o aún destruido. Esta es una de las razonas por las cuales la Iglesia cuida tanto el vínculo matrimonial de por vida y apoya la relación entre los esposos esencialmente ligada al don de la vida, tanto que se puede afirmar que “el fundamento de la vida humana es la relación nupcial entre el marido y la esposa, la cual entre los cristianos es un Sacramento”[1].

 Objetivos:  

·        Fortalecer en la acción evangelizadora de la Iglesia Diocesana, el proyecto divino del amor humano y la acción de la familia cristiana, como formadora de personas en la fe, en el amor y en las virtudes cristianas.

 ·        Apoyar a las familias y su realización de comunidad de amor con diversas acciones formativas y de espiritualidad.

 ·        Ofrecer el apoyo de la Iglesia, Madre de todos, a aquellas familias que tienen que afrontar situaciones objetivamente difíciles.

 Líneas de acción:

 ·         Continuar fortaleciendo y formando al equipo de Pastoral Familiar   Diocesano para que promueva en toda la Diócesis la Misión cristiana del Matrimonio y de la familia[2]. 

 ·         Organizar los equipos parroquiales de pastoral familiar con una adecuada coordinación decanal y diocesana.

 ·         Formar, en coordinación con el Departamento Diocesano de Catequesis, a los responsables de la preparación al Matrimonio, teniendo en cuenta los criterios dados por la Santa Sede (13-V-1996).

 ·          Fortalecer el proyecto pastoral “Casa de la Familia” para el servicio de toda la Iglesia diocesana (Consejería familiar, métodos naturales de regulación de los nacimientos, educación sexual, etc.).

 ·         Apoyar, con auténtica caridad pastoral, a quienes se encuentran en situaciones irregulares (ver carta Obispo diocesano “En la verdad y en el amor” Noviembre 2000).

 ·        Organizar, en conjunto con la Pastoral Juvenil y educacional, encuentros formativos acerca del amor humano y la sexualidad.

 ·         Promover, a través de retiros, conferencias, encuentros, etc., una seria espiritualidad conyugal y familiar, recalcando la importancia de la oración en familia y la participación en la vida sacramental.

 ·         Celebrar cada año la “Semana de la Familia”   en sintonía con toda la Iglesia de Chile.

 ·         Orientar evangélicamente en los asuntos morales que afectan la vida de pareja y la vida familiar (la paternidad responsable, el rol pedagógico de los padres, la unidad e indisolubilidad del matrimonio, la defensa de la vida, etc.).

 ·        Fomentar el espíritu de solidaridad con las familias más desposeídas (ayuda fraterna de familia a familia).

 ·       Realizar signos que manifiesten y apoyen a las familias (Bodas de Oro, de Plata; Rosario en Familia; bendición de la mesa familiar; Eucaristía Primer domingo de Adviento para bendecir a las parejas que esperan un hijo, etc.).

 4.1.2.- Comisión Diocesana de Pastoral Juvenil

 Fundamentación:

La Pastoral Juvenil es la acción de la Iglesia, a través de la cual se hace presente el mensaje de Jesús en medio de los jóvenes.  Acción al estilo de Jesús, quien se acercó con un corazón de pastor a la muchedumbre, a los discípulos y los apóstoles.

La Pastoral Juvenil invita a todos los jóvenes a participar en la Iglesia, para alimentar su fe y encontrar espacios de formación. La convocatoria es para quienes quieren vivir y celebrar su fe en instancias esporádicas o en grupos estables. La Pastoral Juvenil Local ofrece una respuesta a los jóvenes que acuden a la parroquia y otros lugares de la Iglesia a actividades juveniles.

Seguir haciendo de la Pastoral juvenil una opción prioritaria, en nuestra acción evangelizadora. Así lo han sido durante varias décadas, desde mucho antes que existieran siquiera OO.PP. para el país. La figura del Padre Hurtado y la recordada Acción Católica así lo demuestra. Anunciarles al Señor Jesucristo y entusiasmarlos con el Evangelio se convierte entonces en misión destacada de la Iglesia. En esta tarea queremos involucrar a todos los agentes pastorales y, en especial, a los consagrados y consagradas, junto a los padres de familia y a los matrimonios jóvenes, que mucho aportan en este caminar[3]. 

 Objetivos:  

·        Fortalecer el equipo diocesano de pastoral juvenil y la coordinación diocesana con una formación sólida a todos sus integrantes.

·        Fomentar entre los jóvenes de los grupos juveniles, una espiritualidad que los entusiasme y fortalezca en el seguimiento de Jesucristo y su Evangelio.

·        Capacitar de manera integral a asesores adultos de pastoral juvenil y a coordinadores de comunidades juveniles.

·        Acompañar a los jóvenes en el discernimiento, para que descubran, desde la fe, su proyecto de vida.

·        Alentar los esfuerzos de una pastoral juvenil profundamente misionera en el anuncio de Jesucristo y solidaria en su cercanía a los pobres y sufrientes.

Líneas de acción:

·        Organizar periódicamente cursos de formación para el Equipo diocesano y para los  coordinadores de Comunidades juveniles.

·        Apoyar, desde el equipo diocesano de pastoral juvenil, la organización y formación de las coordinaciones.

·        Organizar al equipo diocesano de Pastoral Juvenil en áreas de trabajo: servicio, formación, comunicación, animación y espiritualidad.

·        Formar asesores adultos que acompañen los procesos formativos de los jóvenes (sacerdotes, religiosas y laicos con carisma para servir a los jóvenes).

·        Ayudar a formar, en cada parroquia, comunidades juveniles cristianas de jóvenes con una pedagogía de formación y acción, centrada en Jesucristo y su Evangelio. Que el Evangelio esté en manos de cada joven.

·        Visitar, los integrantes del equipo diocesano de pastoral juvenil, a las comunidades juveniles para acompañarlos en sus procesos formativos y realizar talleres de formación y acción apostólica.

·        Organizar campamento de formación cada verano para coordinadores y animadores juveniles.

·        Formar y motivar a los jóvenes de las comunidades juveniles para realizar cada año los centros de vacaciones para  niños (CEVAS) y misiones de verano.

·        Hacer participar a los jóvenes en acciones concretas de solidaridad hacia los más pobres y los que sufren.

·        Apoyar, con material formativo adecuado, a las comunidades juveniles para las reuniones semanales de los jóvenes.

·        Realizar acciones misioneras concretas con los jóvenes e integrarlos en la acción misionera diocesana anual.

·        Fortalecer el aspecto vocacional de la pastoral juvenil “para que de ella puedan surgir vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, como también al servicio público en sus más variadas expresiones”[4].

·        Promover, entre los integrantes de la Pastoral Juvenil, la organización de retiros, peregrinaciones, vigilias de oración, vida sacramental, especialmente, la Eucaristía y la Reconciliación, para que vayan profundizando en su vida espiritual.

·        Integrar a las comunidades juveniles en acciones concretas para ponerse al servicio de sus hermanos jóvenes afectados por la droga, el alcoholismo, la pobreza y las diversas formas de marginalidad.

·        Estudiar la factibilidad, con el apoyo de organismos competentes, de un “proyecto de pastoral juvenil orgánico, pedagógico, con un marcado acento en la espiritualidad y en la misión”[5].

·        Integrar, en la coordinación diocesana de Pastoral Juvenil, a representantes de Parroquias, colegios y movimientos apostólicos que sirven a los jóvenes.

4.1.3.- Pastoral Infantil:

Fundamentación:

 “Con semejante entusiasmo quisiéramos desarrollar la pastoral de los niños y preadolescentes. Todos sabemos que, las primeras enseñanzas son las que marcan definitivamente la vida. Por esta razón todo lo que hagamos por mejorar la catequesis, la liturgia, especialmente la Misa con niños, y la acogida de éstos en nuestra pastoral, es la mejor inversión que, por amor a ellos, podemos realizar. Así acompañaremos a los niños en su encuentro con Cristo Vivo, desarrollaremos en ellos una sincera piedad mariana y procuraremos que, desde pequeños aprendan el amor por sus semejantes y valoren la pureza, la verdad, la justicia, la solidaridad, la fraternidad y las virtudes propias del buen cristiano”[6].

Objetivos:

·        Fomentar la mística por el trabajo a favor de los niños y promover la pastoral de la infancia, a través de diversas acciones evangelizadoras que testimonien el amor de Cristo por los niños.

·        Acompañar y apoyar efectivamente a los padres de familia, educadores, catequistas que se dedican a la educación de la niñez, prestando una atención especial al crecimiento en la fe.

·        Promover y defender la dignidad y los derechos del niño para contribuir a la creación de un orden social justo, solidario y fraterno.

Líneas de acción:

·        Organizar un equipo diocesano de pastoral de la Infancia para una mejor coordinación del servicio a los niños.

·        Fortalecer los movimientos para niños, especialmente la Infancia Misionera.

·        Revisar el material existente y preparar textos que ayuden a los padres a educar en la fe de sus hijos desde su nacimiento.

·        Organizar en los meses de verano los Centros de Vacaciones (CEVAS), especialmente en las poblaciones y, ayudando a despertar la solidaridad con los más pobres.

·        Apoyar la pastoral Scout y acoger y valorar sus experiencias pedagógicas.

·        Revisar, preparar y proveer material litúrgico que facilite y enriquezca su participación dominical en la celebración del Día del Señor.

·        Promover, organizar, apoyar campañas de bien público que ayuden a tomar conciencia de la dignidad del niño.

·        Promover la formación de acólitos en colegios, comunidades, parroquias, como una expresión de una pedagogía litúrgica y vocacional.

·        Organizar, cada año, en la Diócesis, un encuentro de niños que los motive en su amor a Jesucristo y al prójimo.

4.1.4.- Comisión Diocesana de Pastoral Universitaria

Fundamentación:

 La Pastoral Universitaria y de Enseñanza Superior tiene como tarea esencial anunciar la Palabra de Dios a todas las personas que estudian y trabajan en la Universidad y en los centros de Educación Superior, buscando formar cristianos que sean capaces -desde la fe en Jesucristo- de responder a las exigencias de nuestro tiempo.

Objetivos:

·        Evangelizar al mundo universitario y de la enseñanza superior, especialmente a los alumnos y académicos.

·        Establecer en la Universidad y los centros de Enseñanza Superior diálogos evangelizadores con la cultura, la ciencia, las artes y las tecnologías.

Líneas de acción:

·        Crear un Equipo de Coordinación de Pastoral de Estudios superiores, con la participación de los estudiantes de la Universidad de los Lagos, Centros de Enseñanza Superior y Barrio Universitario.

·        Formar y animar comunidades cristianas de jóvenes en la universidad o en los centros de enseñanza superior.

·        Fomentar la unidad de los cristianos en la universidad y en los centros de enseñanza superior y coordinar con ellos diversas acciones apostólicas.

·        Promover una espiritualidad sólida entre los estudiantes, a través de retiros, jornadas, preparación a los sacramentos, celebraciones de la Fe, peregrinaciones, etc.

·        Desarrollar, entre los estudiantes de enseñanza superior, cursos de la Doctrina Social de la Iglesia.

·        Despertar y promover el sentido de solidaridad entre los estudiantes, especialmente con los más pobres de la sociedad.

·        Celebrar cada año la “Semana del Estudiante de Enseñanza Superior” con diversas acciones evangelizadoras y de solidaridad.

·        Preparar, con especial relieve, Eucaristías de inicio y conclusión de las actividades universitarias anuales.

·        Integrar de manera activa a la pastoral universitaria y de enseñanza superior a los residentes del barrio universitario “Obispo Romero”.

 4.1.5.- Comisión Diocesana de Pastoral Vocacional

Fundamentación:

 La Iglesia necesita de hombres y mujeres que consagren su vida entera al servicio del Reino, que sean un reflejo de Jesús y capaces de llevar al ser humano a un encuentro personal con Jesús, el Buen Pastor. El Papa en sus últimos escritos nos dice “que toda vida es vocación” y que el Señor sigue llamando a jóvenes para que vivan en intimidad de vida con Él. La Iglesia no puede dejar jamás de rogar al dueño del campo que envíe obreros a su campo[7].

 La comisión Diocesana de Pastoral Vocacional es consciente de lo urgente y necesario que es organizar una pastoral de vocaciones amplia, que llegue a las parroquias, a los centros educativos y familias, suscitando una reflexión atenta sobre los valores esenciales de la vida, los cuales se resumen claramente en la respuesta que cada uno está invitado a dar a la llamada de Dios, especialmente cuando pide la total entrega de sí y de las propias fuerzas para la causa del Reino[8].

 Objetivos:

 ·        Promover en estrecha colaboración con las parroquias, colegios de Iglesia, pastoral universitaria y demás actividades pastorales, las vocaciones al presbiterado, al diaconado permanente y a la vida religiosa.

·        Orientar y acompañar a lo largo de un período suficiente a quienes ofrecen signos de vocación al presbiterado diocesano[9].

·        Comprometer a todos los consagrados en la pastoral vocacional y de manera particular a los sacerdotes del Clero Diocesano.

Líneas de acción:

·        Realizar jornadas de promoción vocacional en diversos niveles (diocesano - decanatos - parroquias).

·        Mantener un espacio permanente en el Boletín Diocesano “Hacia la Cumbre”.

·        Coordinar con el Conferre diocesano para una pastoral vocacional más amplia.

·        Profundizar en los encuentros de espiritualidad con el clero diocesano la dimensión vocacional del ministerio.

·        Infundir en todas las tareas pastorales el objetivo vocacional, especialmente en las pastorales de jóvenes, universitarios y familias, y vincularse con los departamentos respectivos con este objetivo.

·        Organizar y realizar las jornadas de discernimiento para los eventuales candidatos al Seminario tomando en cuenta la situación personal de cada uno (Cada candidato debe tener un acompañante espiritual, un compromiso apostólico y de vida de oración).

·        Elaborar y distribuir material de reflexión, formación y oración por las vocaciones dirigido a las comunidades, parroquias, colegios y movimientos.

·        Promover la oración por las vocaciones sacerdotales en las parroquias, comunidades, colegios y también en las familias y apoyar la oración de los primeros jueves de cada mes en la Catedral.

·        Visitar periódicamente a los grupos juveniles de confirmación, etc., para dialogar acerca del sentido vocacional para un joven creyente, es decir, descubrir la voluntad de Dios en la propia existencia.

·        Celebrar cada año de manera creativa la Semana Vocacional.

·        Incorporar a todos los Seminaristas en sus prácticas pastorales a las tareas de la pastoral vocacional.

Inicio Pagina

[1] OO.PP. Cech., 191-192
[2]
Id., 195
[3]
Id., 206
[4]
Id., 211
[5]
Id., 208
[6]
Id., 212
[7]
Cfr. P.D.V., 2
[8]
Cfr. N.M.I., 46.
[9]
Cfr. “Pastores Dabo Vobis” y “Directorio para el Ministerio y vida de los Presbíteros”.