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COMENTARIO SEMANAL DE MONS. ALEJANDRO GOIC´ K.
Domingo 06 de julio | Domingo 13 de julio |
Domingo 20 de julio | Domingo 27 de julio |
AL SERVICIO DE LA AUTENTICA PAZ
Juan Pablo II dice que la división de los pueblos en bloques contrapuestos, (la guerra fría) es casi sólo “un recuerdo doloroso, pero todavía la paz, la justicia y la estabilidad social están ausentes en muchas partes del mundo”. El terrorismo, el conflicto en Medio Oriente y otras regiones, la injusticia, la explotación y las violaciones a la dignidad y santidad de la vida humana, tanto antes como después del nacimiento, son realidades que causan consternación en nuestros días.
Sostiene que mientras tanto ha crecido enormemente el poder de los medios de comunicación social para moldear las relaciones humanas e influenciar la vida política y social, tanto para el bien como para el mal. Juan Pablo II expresa que la exigencia moral fundamental de toda comunicación es el respeto y el servicio a la verdad: “La libertad de buscar y decir la verdad es un elemento esencial de la comunicación humana, no sólo en relación con los hechos y la información, sino también y especialmente sobre la naturaleza y destino de la persona humana, respecto a la sociedad y el bien común, respecto a nuestra relación con Dios”.
Los medios de comunicación social están para servir a la libertad, lo que supone que ellos mismos sean libres y usen correctamente esa libertad. Afirma que los reporteros y comentaristas tienen el grave deber de seguir las indicaciones de su conciencia moral y resistir a las presiones que les empujan a “adaptar” la verdad para satisfacer las exigencias de los poderes económicos o políticos.
El Papa recuerda que en el clímax de la Guerra Fría, Juan XXIII expresó un pensamiento que aunaba la sencillez con una gran profundidad sobre lo que comportaba el camino de la paz. “Es necesario que la norma suprema que hoy se sigue para mantener la paz sea sustituida por otra completamente distinta, en virtud de la cual se reconozca que una paz internacional verdadera y constante no puede apoyarse en el equilibrio de las fuerzas militares, sino únicamente en la confianza recíproca” (Pacem in Terris, 113).
Juan Pablo II concluye señalando que los medios de comunicación son actores claves en el mundo actual, y tienen un papel inmenso que realizar para construir aquella confianza.
¡Dios bendiga a todos los comunicadores sociales y les haga servidores de la paz, la justicia, la libertad y el amor!
TODO ES GRACIA
Ante mi reciente nominación del Papa Juan Pablo II como Obispo Coadjutor de
Rancagua quiero expresar:
1.- Mi profunda gratitud a Dios –de quien procede todo bien- por el regalo de la vida y de la fe cristiana, y por haberme hecho pastor al servicio de su pueblo. Gratitud al Papa Juan Pablo II, por la confianza hacia mi persona al ordenarme Obispo hace 24 años y al confiarme misiones pastorales en Concepción, Talca, Osorno y ahora Rancagua. Gratitud a mi Iglesia de origen de Punta Arenas, donde serví los primeros trece años de mi ministerio pastoral.
2.- Hoy al ser llamado a una nueva misión apostólica, quiero agradecer a todos los hermanos de esta amada Iglesia de Osorno: a los sacerdotes diocesanos y religiosos, a los diáconos permanentes, a los seminaristas, a las comunidades religiosas femeninas y masculinas, a los leales y generosos servidores del Obispado, a los innumerables laicos de parroquias, comunidades y movimientos apostólicos, a los queridos jóvenes y a la porción privilegiada del corazón de Cristo, los pobres y los que sufren. De todos, en estos casi nueve años, he recibido apoyo, comprensión, generosa colaboración y testimonio de amor a la Iglesia.¡Dios les bendiga!
3.- Mi gratitud sincera también a las diferentes instancias de la comunidad provincial, a sus Autoridades, a las organizaciones sociales, gremiales, políticas, deportivas, educacionales, poblacionales, etc. por haber permitido integrarme a las inquietudes, sueños y proyectos para el desarrollo de Osorno, tierra bendecida con mil dones por el Creador.
Gratitud a los comunicadores sociales de la Provincia, con quienes hemos estrechado vínculos de amistad y de compromiso en la búsqueda del bien común.
4.- Así como fue doloroso dejar tiempo atrás Punta Arenas, Concepción y Talca, hoy me resulta doloroso dejar Osorno. El corazón sufre, no lo puedo negar. Hemos ido creando vínculos de amistad, de proyectos comunes, de acciones evangelizadoras que en fidelidad a Jesucristo sean buenas noticias para todos. Hemos compartido sueños por una Provincia más próspera, justa y unida para todos, especialmente para los más pobres.
5.- Aquí, es cuando recuerdo unas palabras que se atribuyen a San Francisco de Asís: “El hombre no es salvado por sus obras, por muy buenas que sean. Es preciso que él mismo se haga obra de Dios”. Para un creyente, eso es lo más importante. Dejarse moldear por Dios. Ruego a la comunidad creyente su oración para que pueda vivir, aunque pálidamente, ese estado de abandono en las manos del Padre Dios.
Seguiré como Administrador Diocesano de Osorno hasta mi partida, el 16 de Agosto.
AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
Con ocasión de mi reciente nombramiento como Obispo Coadjutor de Rancagua, he
recibido diversas consultas acerca del significado de este nombramiento: ¿Qué
significa ser Obispo Coadjutor? ¿Quién gobierna entre tanto la Diócesis de
Osorno? ¿Cuándo será nominado el próximo Obispo de Osorno? Trataré de
responder a estas cuestiones:
1.- El Obispo Coadjutor es nombrado por el Papa a una Diócesis para suceder al Obispo Diocesano. Mientras tanto es la segunda autoridad de la Diócesis. En Rancagua el actual Obispo es Mons. Javier Prado Aránguiz, quien en marzo del 2004 cumplirá 75 años, edad en que los Obispos debemos presentar la renuncia al Papa a la responsabilidad pastoral de conducir una Diócesis. Aceptada la renuncia por el Papa asume el Obispo Coadjutor.
2.- Desde el día de mi nombramiento como Obispo Coadjutor de Rancagua, dejé de ser Obispo de Osorno. Sin embargo, sigo como responsable de la Diócesis con todas las facultades con el título de Administrador Diocesano de Osorno. En esa tarea continuaré hasta el día de mi partida, el 16 de agosto. Al día siguiente en Rancagua asumo como Obispo Coadjutor de esa Iglesia Diocesana.
3.- El 14 ó 15 de agosto deberá reunirse el Colegio de Consultores (especie de Senado que asesora al Obispo en el gobierno diocesano) y que actualmente son nueve sacerdotes, quienes deberán elegir al Administrador Diocesano (normalmente un sacerdote residente en el territorio diocesano), quien asumirá al momento de mi partida y gobernará la Diócesis hasta el nombramiento del nuevo Obispo de Osorno.
4.-¿Cuándo será nombrado el cuarto Obispo de Osorno? Probablemente pasarán algunos meses, quizás a fines de año o comienzos del próximo. El responsable de recabar la información y los antecedentes de los posibles candidatos es el Nuncio Apostólico en Chile, quien informa a la Congregación de los Obispos en el Vaticano y ésta a su vez al Papa, quien finalmente designará al nuevo Pastor de Osorno. Cabe la posibilidad que el nuevo Pastor sea ya Obispo y que provenga de otra región de Chile o que sea un sacerdote llamado al episcopado.
5.-A la comunidad diocesana le pido su oración y su apoyo sincero y leal, como tan generosamente lo han hecho conmigo, con el sacerdote que sea elegido Administrador Diocesano durante la sede vacante y posteriormente con el nuevo Obispo Diocesano. La Iglesia la formamos todos los bautizados y quien tiene la responsabilidad de conducirla en Osorno, o en cualquier otra región, es simplemente un servidor, que fiel a Jesucristo el Buen Pastor, está llamado a dar la vida por su pueblo y a estar al servicio de toda la comunidad.
LA IGLESIA DEL SIGLO XXI
El viernes 18 del presente, Mons. Bernardino Piñera, ex-Arzobispo de la Serena
y ex Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, dictó una magistral
charla en el Aula Magna del Obispado acerca de la Iglesia en el siglo XXI. Más
de 200 personas, entre ellas varias autoridades locales, gozaron de la sabiduría
e inteligencia del expositor que a su condición de pastor una la de médico.
Después de hacer un recuento histórico de la Iglesia en Chile, presentó sugerencias, de cara al nuevo milenio para la vida y misión de los creyentes en esta hora. El cristiano-católico del siglo XXI será una persona que haya tenido un encuentro personal con Cristo; encuentro que le cambió la vida, un convertido, no un creyente por tradición, por familia o por colegio solamente. Una persona que ama, que vive el amor, que quiere a todos. Una persona solidaria con todos los seres humanos, especialmente con los que más sufren, sin excluir a nadie, sin sectarismos de ninguna especie.
Ante la perspectiva y la posible agravación de la pobreza y de la marginación de tanta gente, ante la globalización de los problemas políticos, económicos y sociales, que hace a los gobiernos nacionales casi impotentes, debemos acudir a lo más esencial del Evangelio, llamar a vivir la caridad fraterna, directa, inmediata, espontánea. Que los creyentes y toda persona de buena voluntad, den su tiempo, su trabajo, su dinero, su iniciativa para ayudar a los demás a vivir más dignamente. Como dijo el Obispo Piñera: “que Chile deje de ser dos Chiles, el de La Dehesa y el de la Pintana, para ser un solo Chile fraternal, sin marginados y sin violentistas, que recurren a la droga o a la delincuencia para superar sus frustraciones”.
Otro tema que propuso es el eterno de la familia. Seguir anunciando el Evangelio de la familia y tener una actitud de profunda humanidad y comprensión para todas las víctimas que sufren y que no han podido tener una familia como Dios manda y como ellos la hubieran deseado.
Insistió, finalmente, en la necesidad y en el deseo de una comunidad católica, en que el estudio de los problemas pastorales y las decisiones que se tomen en este campo sean compartidos por más gente. La Iglesia la formamos todos los bautizados y todos en ella tenemos un aporte valioso e importante para hacerla más parecida a lo que Jesús soñó para ella.
Entusiasmó a los oyentes la Conferencia de Mons. Piñera. Dejó “fuego en el corazón”. El vivir y predicar en todas partes con el ejemplo, el testimonio y la palabra la fe en Jesucristo y en su Evangelio. Es la gran tarea que nos corresponde a todos los creyentes. A ustedes en Osorno. A mi dentro de poco en Rancagua o donde Dios quiera mañana. Es la “frescura” del Evangelio que estamos llamados a creer, profundizar y vivir. ¡El Espíritu nos ayude a esa renovación!