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COMENTARIO SEMANAL DE MONS. ALEJANDRO GOIC´ K.

 

Domingo 02 de junio de 2002 Domingo 09 de junio de 2002
Domingo 16 de junio de 2002 Domingo 23 de junio de 2002
Domingo 30 de junio de 2002

 

DOMINGO 02 DE JUNIO

 LA TOMA DE LA CATEDRAL

El miércoles 22 de mayo 150 cesantes ocuparon por algunas horas la catedral de Osorno. Me encontraba en ese momento en Concepción participando en el funeral de un amigo de toda la vida. Cuando volví el viernes 24 fui informado de los hechos. Posteriormente el 28 recibí en mi oficina a tres dirigentes del Comité de Cesantes. El incidente ha quedado absolutamente superado.

Pero lo que no está superado es el drama de fondo que hay detrás. Más allá de la ocupación inadecuada, de posibles manipulaciones políticas o de otros intereses, hay una realidad objetiva en Osorno y en todo el país. Hay muchos hogares que viven el drama del desempleo con todas las consecuencias imaginables. Los indicadores, a nivel nacional, hablan de más de 500 mil desempleados. Detrás de cada uno de ellos hay mucho dolor y mucho sufrimiento.

Una de las personas que recibí en mi oficina me contó su problema. Madre de cuatro hijos, sin marido, no tiene que darles de comer; viven en una humilde casa, no tienen dinero para comprar leña y se acuestan a las seis de la tarde para mitigar, en parte, el hambre y el frío. Desgarraba ese dolor, esa angustia de mujer y de madre. ¿Qué mundo le estamos verdaderamente construyendo? ¿Podremos seguir viviendo tranquilos, mientras tantos sufren tanto? La gran mayoría de los habitantes de Osorno nos confesamos creyentes en Cristo. ¿Qué espera Cristo de nosotros?

Hoy es Corpus, la fiesta que nos coloca a cada uno de nosotros ante el misterio del Cuerpo de Cristo. Del Cristo que es comunidad y es comida, es Palabra y es perdón, es acción de gracias y es bendición, es petición y es fraternidad, es relación personal y es cuerpo, es un pueblo. La Escritura dice: “el pan es uno, y así nosotros, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan”. Comulgar con ese Cuerpo de Cristo nos plantea una exigencia de amor concreto y efectivo con todos los seres humanos, especialmente con los pobres y sufrientes. En ellos está verdaderamente el Señor: “Tuve hambre y me dieron de comer”. (Mt. 25,35).

Hemos de aprender a adorar el Santísimo Cuerpo de Cristo en el sagrario de los Templos y en el sagrario de los pobres, de los que sufren las consecuencias de este mundo dividido e injusto. Hoy y siempre, para todos los creyentes y personas de buena voluntad, es el tiempo para que los pobres se sientan a la mesa y gocen del amor de Cristo y del amor solidario de los hermanos. Es en los pobres donde se hace presente el Cuerpo de Cristo para nuestra contemplación, preocupación y nuestro cuidado solidario.

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DOMINGO 09 DE JUNIO  

 EL DRAMA DE LOS POBRES

Los recientes frentes de mal tiempo han traído mucho dolor y sufrimiento a miles de hogares de nuestra Patria. Una vez más, el drama golpea fuertemente a los más pobres y necesitados de Chile. Y una vez más la solidaridad brota del alma de Chile.

Lo mejor del alma nacional surge en momentos como éstos. Diversas iniciativas de diversos sectores dan cuerpo a acciones solidarias. Entre ellas también la de la Iglesia Católica. A través de Caritas- Chile, entidad de gran experiencia en estas situaciones de emergencia, se solicita realizar aportes en dinero en la Cuenta Corriente del Banco Chile Nº 000-00117-01. Todos los fondos que se obtengan se destinarán a la adquisición de alimentos no perecibles, medicinas, material de construcción, enseres de casa, etc.

También como Pastor de la Iglesia de Osorno invito a toda la comunidad diocesana a realizar ofrendas de víveres no perecibles en las diversas parroquias, colegios y capillas de la Diócesis. De manera especial el domingo 16 de junio en todas las celebraciones de la fe, se recibirán estas ofrendas. Esperamos con estos aportes contribuir a mitigar en parte el dolor de muchas familias. ¡Seamos generosos! Dios ama al que da con alegría!

El P. Hurtado, Apóstol de la solidaridad decía: “No descansen  mientras haya un dolor que mitigar... Este es mi último anhelo: que se haga una cruzada de amor y de respeto al pobre... porque el pobre es Cristo, Cristo desnudo, Cristo con hambre, Cristo sucio, Cristo enfermo, Cristo abandonado. ¿Podemos quedar indiferentes? ¿Podemos quedar tranquilos? Lo que hayamos dado a Cristo en el pobre, estará colocado en la eternidad.

Reconocer a Cristo en el sufriente es el imperativo de la hora presente. El drama de estos días nos ha mostrado una realidad cruda y difícil: a pesar de los avances y de las nuevas tecnologías hay millares de chilenos que sufren lo indecible. ¡Y eso nos ha conmovido fuertemente! Y nos compromete a todos. ¡Uno tiene tanto frente a los que nada tienen! Volver a la sobriedad de la vida y compartir fraternal y solidariamente es una exigencia ineludible. Trabajar por hacer un Chile más justo y digno para todos es la gran responsabilidad de toda la comunidad nacional.

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DOMINGO 16 DE JUNIO

JESÚS Y EL PLAN AUGE

Nuestro País asiste a un debate acerca del “Plan de Acceso Universal con Garantías Explícitas” (AUGE) que el Supremo Gobierno ha presentado como eje de la reforma de la Salud. No es ni será fácil implementar y financiar una reforma global de la salud, concebida desde una perspectiva solidaria, pues exige una cuota de sacrificio de todos los chilenos y particularmente de los actores directamente involucrados.

“Al ver la muchedumbre, Jesús sintió compasión de ella” (Mt. 9,36). Así se lee en el Evangelio de este domingo. Toda la actividad mesiánica de Jesús promueve salud auténtica: su condena de los mecanismos inhumanos y destructivos de su época; sus esfuerzos por crear una convivencia más solidaria y fraterna; su ofrecimiento del perdón reconciliador de Dios liberando a las gentes de la culpabilidad y la ruptura interior; su inmensa ternura y amor hacia los maltratados por la vida y la sociedad. En efecto, toda la acción de Jesús pone en marcha un proceso de sanación, tanto individual como social.

 Jesús siente compasión por la multitud. Compasión en su sentido más hondo de “padecer-con”, es decir, hacer mía la situación del otro en modo de sentir lo que el otro siente y actuar en consecuencia.

Hay algunos valores y principios que sustentan la reforma a la salud: el derecho a la salud de todas las personas; la equidad en salud como un imperativo moral; la solidaridad en salud y el esfuerzo que hace toda la sociedad chilena para que los más vulnerables tengan iguales garantías que los más favorecidos; la eficiencia en el uso de recursos y la participación social en salud.

 La salud es una de las áreas más sensibles de las tareas pendientes que los pobres de Chile demandan al Estado. Es, pues, un momento oportuno para que nuestro sistema de salud dé un paso significativo y logre acercar los avances de la medicina y la tecnología a los pacientes que no tienen los recursos necesarios.

Es de esperar que el debate se realice con altura de miras, sin apasionamiento. Aportar a este objetivo tan noble con  creatividad y con generoso espíritu cívico es tarea de todos, especialmente de los legisladores. Hacerlo, es de alguna manera, participar en la acción mesiánica de Jesús que siente compasión de todas las necesidades de la persona humana, particularmente de los más débiles.

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DOMINGO 23 DE JUNIO

MIGUEL BERRIOS HERRERA

El Viernes 14 de junio , a los 60 años , de manera repentina falleció Miguel Berríos Herrera.  ¿Quién era Miguel Berríos Herrera?  Era un  chileno, originario de Valparaíso, que hace más de 20 años se vino a vivir a la Xª  Región, en Chiloé y parte de su tiempo, aquí en Osorno.

Era un hombre con excepcionales condiciones para el arte, particularmente en la escultura, en el tallado, en la pintura de retratos.  El recordado P. Roberto Koll le invitó a confeccionar el tallado de las puertas de la Catedral de San Mateo, el Vía Crucis al interior y la imagen de María Virgen.  En la Parroquia San José de Francke pintó un hermoso rostro de Cristo, con sus manos abiertas portando pan y vino, símbolos de la Eucaristía. Le conocí al poco tiempo de llegar a Osorno a fines de 1994.  Me atrajo, de manera especial, la imagen de María en la Catedral.  Tiene algo del rostro  de la mujer del sur y la ternura con que aprieta su Hijo junto a su corazón, me hizo pensar en su amor de Madre que nos acoge a todos con la misma ternura.

Le pregunté un día si podía reproducir en un monumento la misma imagen en Pilauco.  Sin dudar un instante me dio su respuesta afirmativa.  Y así surgió  el Campo de Oración “Santa María Nuestra Señora de Osorno” en el Cerro de la Virgen inaugurado solemnemente el año jubilar, el 8 de diciembre del 2000.  Una imagen, que con su base, suman ocho metros de altura y que en Pilauco constituye un lugar de paz, de descanso, de oración.  Estaba confeccionando actualmente el Vía  Crucis para el mismo campo, cuando le sobrevino la muerte.  Alcanzó a tallar dos estaciones...

Era un hombre bueno, con un talento natural para el arte y la cultura.  Bohemio, lo que, a  veces, le hacía faltar a sus compromisos, aunque pasado el tiempo los cumpliera.  ¡Había  que tener paciencia con él!.  Tenía extraordinarias cualidades.  Si hubiera podido tener estudios superiores habría desarrollado muchísimo más los dones naturales que tenía.  Aquí en Osorno, también  en Chiloé y en Valparaíso queda parte de su obra.

En el Evangelio de hoy  (Mt. 10, 26-33), Jesús nos hace tomar conciencia de que valemos mucho.  Nada hay en el mundo como una persona, aunque sea la más pequeña o la más llena de defectos.  Valemos más que todas las riquezas de la tierra.  Miguel Berríos Herrera fue una  de esas personas.  Estoy seguro, que por la misericordia de Dios, hoy contempla  la Belleza de Dios, mientras nosotros seguiremos contemplando y vislumbrando en su arte un anticipo de esa Belleza y de esa Plenitud. 

¡Miguel, descansa en la Paz del Señor!

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DOMINGO 30 DE JUNIO   

UN DEBATE NECESARIO

El viernes 21 de junio el Cardenal Errázuriz, Arzobispo de Santiago y Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile entregó una Carta Pastoral titulada “Lo que Dios ha unido” acerca de la estabilidad e indisolubilidad del matrimonio. En un tono propositivo invita a acoger con respeto y sin prejuicios a los separados que han formado nuevas uniones y en relación al proyecto de Ley de Matrimonio Civil llama a no poner ningún tipo de presión a los legisladores para que puedan actuar en conciencia.

Es un documento serio, sólido. Ayudará a que el debate tan necesario para una ley que marcará el presente y el futuro de Chile se haga con altura, sin apasionamientos, buscando verdaderamente el bien de Chile. Todos están de acuerdo en que es absolutamente necesaria una nueva ley de Matrimonio Civil. El Cardenal reconoce que los proyectos de ley que estudia el Senado al respecto, quieren hacerse cargo de numerosos problemas reales que afectan a los esposos y  a los hijos.

La Carta considera necesaria una ley que se ocupe de la preparación al matrimonio, de las condiciones para una celebración válida, de la celebración misma, de las razones para dictar  separación entre los esposos, de los deberes que permanecen después de la  separación, de las causas por las cuales un matrimonio fue nulo desde el comienzo y de las instancias que ayuden a superar las crisis que pudieren  terminar en rupturas definitivas.

El punto más crítico del debate se refiere a la eventualidad de la introducción del divorcio. La argumentación del Cardenal, va más allá de las razones de fe y del don sacramental, que son indiscutibles para los creyentes. Se trata de un bien para todos, para todo el país, creyentes y no creyentes. ¿Cuál es el concepto del matrimonio que queremos para Chile? En el Código Civil art. 102 leemos: “El matrimonio es un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen actual e indisolublemente, y por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear, y de auxiliarse mutuamente”. En cambio la idea del matrimonio del Mensaje del Ejecutivo y que estudia el Senado dice que “el matrimonio es la formalización de una unión heterosexual, con voluntad de permanencia, ante un representante del poder público”.

Comentando este concepto del Mensaje del Ejecutivo, el Cardenal señala “aquí ya no se trata de la promesa con la cual los cónyuges sellan su alianza, ni de un contrato, sino de una mera unión. No se extiende por toda la vida ni se menciona la indisolubilidad, puesto que no se dice qué permanencia deba tener en el tiempo. Por último, nada se expresa sobre la finalidad de esta unión heterosexual. En efecto, con una definición tan abierta podría prescindirse de la vida en común, de la procreación y del auxilio mutuo. Como finalidad, podría bastar una meta comercial”. Verdaderamente se hace necesario un debate maduro y profundo para algo tan trascendente para la vida del país.

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