JOVEN: ¡DÉJATE CAUTIVAR POR UNA MIRADA... !
“La juventud es la edad del heroísmo, y la gracia de Dios depositada en los corazones fuerza por abrirse paso en muchas almas hacia planos superiores”(P. Alberto Hurtado)
Querido joven:
Te escribo a ti, querida joven y querido joven.
Tu nombre, María, Patricia, Jacqueline, Carolina... Juan, Francisco, Jorge, Luis...
Te he ido conociendo a ti en mi peregrinar de pastor, desde San Pablo a Purranque, pasando por Río Negro, Riachuelo, Puerto Octay, Cancura y Purranque. Te he visto en Cuinco , Quilacahuín, San Juan de la Costa y Entre Lagos. Me he encontrado contigo en Osorno, en el centro y en las poblaciones. Te he visto en campos y ciudades. En Pucatrihue, Bahía Mansa y Maicolpué. He escuchado tus sueños e ideales, tus deseos de construir una vida que valga la pena. Me has contado algunas de tus penas y sufrimientos. Y me has confiado tus esperanzas...
Yo, tu hermano mayor, tu Obispo, te quiero mucho. ¡Que sería la Iglesia sin ti! ¿Cómo sería su futuro, si tú no estuvieras ahora en su presente?
Porque te quiero y porque anhelo lo mejor para ti, quiero escribirte una carta. A ti María, Patricia, Jacqueline, Carolina, Juan, Francisco, Jorge, Luis... (no puedo poner todos los nombres), pero esta carta es para ti, personalmente para ti.
Es una carta que te invita a pensar y a actuar. Es un poco más larga que otras cartas que habrás recibido. Es una carta que quiere invitarte a VIVIR, a dejarte CAUTIVAR POR UNA MIRADA... PARA QUE SEAS FELIZ...
Es una carta para ti, para tu reflexión personal. Es una carta para compartirla con tus amigas y amigos. Es una carta que quiere invitarte a la acción.
Te invito a entrar en la lectura de esta carta con un corazón abierto, para dejarte cautivar por una mirada que te quiere mucho.
Te presento esta carta para ti:
I.-Cuatro cuestiones
fundamentales:
a) ¿Quién soy?
b) ¿Cómo me relaciono con los demás?
c) ¿Qué hago de mi vida?
d) ¿Qué sentido último le doy a mi vida?
II.- Tres
temas de especial interés:
a) ¿Consagrar toda mi vida a Jesús... ?¿Por qué no?
b) Tu sexualidad al servicio del amor
c) Un estilo de vida solidario.
III.- Para avanzar verdaderamente en mi vivir
a) Propuestas de formación
b) Propuestas de acción.
IV.- Conclusión
Empecemos a recorrer este camino en la carta que te propongo, querida María, Patricia, Jacqueline, Carolina... querido Juan, Francisco Jorge, Luis...
I.-
CUATRO CUESTIONES FUNDAMENTALES.
a)
¿QUIÉN SOY?
A esta pregunta, lo más probable es que
tu respondas, diciendo tu nombre y apellidos. Y es cierto, es lo que te identifica. Pero yo te invito a mirar más
profundamente.
Eres un joven, una joven.
Es una etapa hermosa de la vida.
Es una etapa de búsqueda. Buscas
construir un proyecto de vida, buscas encontrar tu vocación, buscas amigos y
amigas, buscas el sentido de tu existencia... buscas... buscas...
En esta búsqueda, te interrogas en lo
íntimo de tu corazón. Sientes
ganas de hacer de tu vida algo hermoso, algo que valga la pena.
Sientes en ti la fuerza de amar. ¿Cómo
amar en serio?
En esta búsqueda de conocer tu
identidad más profunda, escucha a un joven apasionado por el amor y la verdad.
Su nombre es Juan, el Apóstol. Él
escribe el Evangelio que lleva su nombre y algunas cartas que podrás encontrar
en la Santa Biblia.
Dice así Juan: “Vean qué amor singular nos ha dado el Padre:
Que no solamente nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos”.(I Juan 3,1)
Esta es nuestra identidad más honda: somos hijos de Dios. Somos creados a su imagen y semejanza. Ahí está la profunda dignidad de cada ser humano. Ahí esta tu propia dignidad: incomparable, única, maravillosa.
¡Eres hijo, hija de Dios!
Nada hay más sagrado en el Universo que
tú. Cada ser humano es lo más
importante. Un ser humano vale más
que todo el oro del mundo. Cualquier
ser humano, de cualquier raza y condición social, es lo más valioso de la creación.
¿Te das cuenta el valor infinito que
tienes? ¡Eres hijo de Dios! Repítelo,
muchas veces: ¡Soy hijo de Dios,
soy hijo de Dios...!
Para reflexionar personalmente y
en grupo:
¿Qué consecuencias trae a mi vida mi
identidad más profunda de ser hijo de Dios
En la sociedad actual, ¿se valora a
cada persona por lo que es? Señala ejemplos positivos y negativos.
¿Qué podemos hacer para ayudar a que otros chuiquillos y chiquillas descubran su dignidad de hijos de Dios
b)
¿CÓMO ME RELACIONO CON LOS DEMÁS?
Esta es una pregunta clave en tu búsqueda.
Tú, como todo ser humano, te
perfeccionas en tu relación con los demás.
¿ Cómo enfrentamos nuestra necesidad fundamental de amar y ser amados?
Escucha a un hombre grande de nuestra época,
que ha recorrido el mundo entero, llevando el mensaje del Evangelio.
Así dice Juan Pablo II: “La Vocación a
amar, entendida como auténtica apertura a nuestros hermanos a los
hombres y como solidaridad con ellos, es la más fundamental de todas las
vocaciones”.
Tú estas hecho para amar y ser amado.
¿Te imaginas una vida sin amor? ¿Te
imaginas una persona que no amara a nadie y que no fuera amado por nadie? ¡Qué
soledad más espantosa! Pero no. Tú
amas y eres amado.
¿Has pensado en la belleza del amor de
papá y mamá? ¿Del amor que te tienen tus hermanos y amigos? ¡Qué maravilla
cuando se tiene un amigo al que se le puede confiar todo lo que uno siente y
piensa!
¿Te has fijado en el amor de una
religiosa que pasa su vida cuidando enfermos, niños y ancianos?
¿Admiras el amor científico que pasa
horas y horas, días, meses y años, en el laboratorio, buscando el remedio
adecuado para curar enfermedades incurables?
En ti está esta fuerza maravillosa que
es el amor. Una expresión de ese
amor es tu relación con el otro sexo. La
atracción que as sintiendo en todo tu ser.
Como mujer hacia el varón. Como
varón hacia la mujer. Es otra
dimensión maravillosa del amor.
Más adelante quiero hablarte más
particularmente acerca de tu sexualidad. Ahora
sólo te digo: como hijo de Dios
que eres, El te ha dado tu cuerpo
para amar en serio. Educa tu corazón
y tus sentimientos en el respeto al otro. Tu
sexualidad es un don maravilloso de Dios. Respeta tu cuerpo y el cuerpo de los otros.
“¿No saben que su cuerpo es templo
del Espíritu Santo, que Dios mismo puso en ustedes?” (1 Corintios 6,19)
Para reflexionar personalmente y
en grupo:
Piensa en las personas que amas y en las
que te aman a ti. Agradécele a
Dios ese don
¿Cómo aprender a
amar de verdad?
¿Qué significa para ti tener un
verdadero amigo(a)?
c)
¿QUÉ HAGO DE MI VIDA?
Esta es otra cuestión clave en tu búsqueda
de joven.
Mañana, quizás tengas un título
profesional, un trabajo, una responsabilidad grande o pequeña en la sociedad.
Todo trabajo - hecho con respeto y dignidad - es importante.
Descubre tus dones, tus talentos.
Sácale el máximo de provecho a tus capacidades.
Con lo que eres te ganarás mañana la existencia.
Necesitas el dinero para vivir. Pero,
¡por favor! No vivas para el dinero. Vive
para servir.
Créele al Evangelio que te dice que lo
importante es servir y dar la vida por los demás.
Juan Pablo II. En Chile así le dijo a miles de jóvenes en el estadio
Nacional en 1987: ...”vale la pena trabajar por una sociedad más justa, vale
la pena defender al inocente, al oprimido y al pobre, vale la pena sufrir para
atenuar el sufrimiento de los demás... no te canses de servir... en ti se
agitan las semillas de la vida para el Chile del mañana.
El futuro de la justicia, el futuro de la paz, pasa por tus manos y surge
desde lo profundo de tu corazón. Sé
protagonista en la construcción de una nueva convivencia, de una sociedad más
justa, sana y fraterna”.
Te invito a leer entero ese discurso del
Papa. ¡Vale la pena! Es como un
programa de vida para toda tu vida.
Cualquiera sea el camino de tu
existencia, en el matrimonio o en la vida consagrada, en tu realización
profesional, en tu trabajo, no te olvides nunca que lo verdaderamente importante
es amar, servir, trabajar por el bien de los demás, especialmente de los más
pobres.
Haz de tu vida un don para los demás.
Experimentarás un gozo incomparable.
¡Te lo aseguro! Y tu vida
será verdaderamente fecunda, valiosa, útil, hermosa.
Para reflexionar personalmente y
en grupo:
¿Voy descubriendo los dones que Dios me
ha regalado a mí?
Piensa en personas del mundo actual
que han hecho de su vida un don para los demás.
¿Te
parece que en la realidad actual de nuestro mundo, los pobres son
verdaderamente privilegiados?
d)
¿QUÉ SENTIDO ULTIMO LE DOY A MI VIDA?
De toda tu búsqueda, querida joven y querido joven, esta es la pregunta
clave, la decisiva, la fundamental.
En todas tus búsquedas, aparecerán
muchos que quieren darte respuestas. ¡Atención!
No dejes seducirte por respuestas que aparentemente son atrayentes, pero que en
el fondo dejan vacío.
En tus búsquedas habrá muchas miradas
que se fijarán en ti para atraerte. Hay
miradas que se acercarán interesadas en sacar algo de ti.
Hay miradas que te descalifican, que te
ignoran, que te manipulan. Que
quieren servirse de tus años jóvenes, de tu belleza física, de tus anhelos de
felicidad, para usarte para sus propios fines.
¡No le creas! Esas miradas no buscan tu real bien. Pero, hay una mirada,
que marca la diferencia con esas miradas.
¡¡¡Joven!!! Te invito a dejarte cautivar por esa mirada!
Esa mirada de amor, cautivante, que da
sentido a todo tu vivir, es la mirada
de Jesucristo. Una vez un joven se
acercó a Jesús y le hizo preguntas en medio de sus búsquedas.
El Evangelio dice que “Jesús
lo miró con amor...”
Esa es la mirada de Jesús a ti, querida
joven y querido joven, esta hecha de atención,
de ternura, de acogida, de misericordia, de disponibilidad, de interés real.
Es una mirada que llama al ejercicio
de la libertad y de una propuesta de vida atrayente y fascinante.
La mirada de Jesús sobre ti es una
mirada que quiere hacerte crecer y desarrollar toda tu capacidad de amar.
Es una invitación a amar hasta eternidad.
Déjate seducir por su mirada.
Escucha su voz:
“Felices los que escuchan la Palabra
de Dios y la cumplen” (Lc.11, 28)
“Yo soy el Camino, la Verdad y la
Vida” (Juan 14, 6)
“Ustedes son mis amigos si hacen lo
que yo les mando... Yo les mando que se amen unos a otros”
(Juan 14 y 17)
“Felices los que tienen hambre y sed
de justicia, porque serán saciados” (Mateo 5, 6)
“Felices los de corazón limpio,
porque ellos verán a Dios (Mateo 5, 8)
Escucha a Alberto Hurtado, que se dejó
cautivar por esa mirada. ¡Tú
conoces la fecundidad de su vida! “Nuestra
imitación de Jesucristo consiste en vivir la vida de Cristo, en tener esa
actitud interior y exterior que en todo se conforma a la de Cristo, en hacer lo
que Cristo haría si estuviese en mi lugar”.
Juan Pablo II, Peregrino de la Paz,
Mensajero de la Vida, te dice a ti:
“¡Busquen a Cristo! ¡Miren a Cristo!
¡Vivan en Cristo! Este es mi
mensaje: que Jesús sea la piedra angular de sus vidas y de la nueva civilización
que en solidaridad generosa y compartida tienen que construir”.
¿Qué significa construir su vida en
Cristo?
Les responde el Papa: “significa
dejarse comprometer por su amor. Un
amor que pide coherencia en el propio comportamiento, que exige acomodar la
propia conducta a la doctrina y a los mandamientos de Jesucristo y de su
Iglesia; un amor que llena nuestras vidas de una felicidad y de una paz que el
mundo no puede dar”.
Sí.
Déjate cautivar por su mirada, por la mirada de Jesús... y tu vida
tendrá un sentido maravilloso.
Pon en tus manos el Evangelio, en tu
mente y en tu corazón en tus labios en tu actuar... Empápate de Su Palabra y
hazla, con la gracia del Espíritu Santo, tu vida entera.
Reza con el Evangelio, únete a Cristo en la Eucaristía, fórmate una
conciencia recta y sana, libre con la libertad de los hijos de Dios.
Para reflexionar personalmente y en
grupo:
¿Me estoy dejando
cautivar por la mirada de amor de Jesús que me
invita a compartir su proyecto de vida?
¿Constituye
el Evangelio “mi libro cabecera” para pensar, hablar y actuar con los
criterios de Jesucristo?
¿Tengo
inquietud por ayudar a mis amigos jóvenes, para que conozcan,
amen y sigan a Jesucristo, como yo lo voy descubriendo?
II.-
TRES TEMAS DE ESPECIAL INTERES.
a)
¿CONSAGRAR TODA MI VIDA A JESÚS... ? ¿POR QUÉ NO?
En la primera parte de esta carta, te
he planteado cuatro cuestiones fundamentales.
Si te has dejado cautivar por la mirada
de Jesús, la invitación de Él es a vivir la vida según su estilo, según su
Evangelio. En tu profesión, en tu
trabajo, en tus diversiones, en el amor matrimonial.
Pero es legítimo que te preguntes ¿qué
es lo que el Señor quiere de mí? Quizás
el Señor te invita a que le
consagres toda tu vida a Él y por Él a los hermanos.
¿Por qué no? Es legítimo
planteárselo.
Escucha a Alberto Hurtado: “Joven que
lees estas líneas: si alguna vez en tu vida recibes un llamamiento algo grande
y generoso, apróntate para la lucha y regocíjate de antemano con la victoria.
El reino de los cielos, padece violencia y sólo los esforzados lo
arrebatan. ¡No vaciles! ¡Pelea valientemente por seguir el llamamiento
de Cristo!”.
“Tú que estas en la edad de las
resoluciones definitivas, piensa que Cristo
llama a los jóvenes como tú para extender el reino de Dios en las almas...
Considera la grandeza de una vida consagrada, no al lucro material, ni a captar
honores que desaparecen fugaces,
sino a pasar por el mundo haciendo el bien, consolando a los tristes, auxiliando
a los pobres, enseñando a los ignorantes, orando por los pecadores, adorando
por los pecadores, adorando y amando a Dios eterno”.
Para descubrir, si
éste es el camino que Jesús quiere para ti, te propongo algunos medios
que te ayudarán en esa búsqueda:
Reza:
¿Señor que quieres que haga de mi vida?
Consulta:
A alguien que te quiera y que pueda ayudar en tu
inquietud más honda, la que está en el fondo de tu corazón.
Sirve:
Comprométete a fondo en servir, en hacer el bien, en dar lo mejor de ti.
Profundiza: La lectura y reflexión del Evangelio, la vida de los santos.
El Espíritu te iluminará. Y si
descubres, que Jesús te llama a consagrarte por entero a Él, ¡no tengas
miedo... lánzate! Serás feliz y harás mucho bien.
Para reflexionar personalmente y
en grupo:
¿Trato de descubrir el
querer de Dios en mi vida?
¿Voy descubriendo mis cualidades, mis
talentos – qué haré de ellos?
¿Rezas para pedirle al Señor que te
ilumine en tu opción de vida?
b)
TU SEXUALIDAD AL SERVICIO DEL AMOR.
Dios te ha dado tu cuerpo y tu alma
para amar.
Tu sexualidad es un regalo de Dios maravilloso.
Es obra del Creador. “Y vio Dios que era muy bueno”, dice la Santa
Biblia al referirse a la creación del hombre y de la mujer.
Dios te ha dado la sexualidad para
que ames con plenitud.
La sexualidad no es sólo instinto.
Es expresión de tu persona llamada a amar y hacerse responsable en la
relación con el otro.
Si estás llamado al matrimonio, escucha
lo que te dice un amigo mío
sacerdote, gran educador:
“Cuando seas capaz de dejar a tu padre
y a tu madre para hacerte una carne con quien amas; cuando puedas hacerte
responsable del otro en salud o en enfermedad; cuando seas capaz de ser papá y
mamá sin dejar a tus hijos
botados; cuando tenga tu palabra tal profundidad que pueda ser eterna, entonces
preséntate ante Dios con todo lo que tú eres, sin dejar nada fuera, para
construir algo que no sea pasajero”. (F. Montes)
En el proyecto de Jesús, del cual te he
venido hablando, el amor que Él nos propone en la relación de pareja supone
afecto, comunicación y hacerte responsable “hasta que la muerte los separe”
del ser que amas.
Prepárate para vivir un ideal de amor
así. Crece y madura para que tu
promesa de amor pueda ser eterna. Ello
es posible y es maravilloso. Créele
a Jesús. Créele.
“El amor verdadero viene siempre
vestido de respeto. Él es la valla
que defiende la fuerza de los que se aman.
Si se rompe el cerco del respeto, el amor se ha convertido en egoísmo y
placer” (P. Alberto Hurtado)
Si en este campo haz tenido alguna caída,
humildemente levántate. Dios te
seguirá amando. Ye te dará fuerza
para amar de verdad. Pero, por
favor, ¡no rebajes tu sueño, no lo rebajes!...sigue creyendo en el amor
hermoso al que te invita Jesús. ¡No
rebajes tu sueño!.
La sociedad te miente mucho en este
campo. Hay mucho negocio e ideas
materialistas en torno a la sexualidad. Tú
aprende a amar y a prepararte para amarlo a él, o a ella, por toda la vida en
tu amor fiel y fecundo.
Para reflexionar personalmente y
en grupo:
La sociedad te dice que el
preservativo es sexo seguro. Miente.
Y ¿no has pensado que es el
mayor signo de desconfianza? Es que
como decirle al otro: Te tengo miedo. “Eso
prostituir el amor”.
¿Qué medios tienes para educarte a
amar de verdad y formar mañana un hogar verdaderamente cristiano?
¿Rezas al Señor para que te dé
fuerzas para amar como Él nos enseñó?
c)
UN ESTILO DE VIDA SOLIDARIO
La sociedad actual es una sociedad
egoísta.
La sociedad de mercado no es una
sociedad solidaria.
Los cambios en el mundo actual pesan de una manera dramática sobre los pueblos pobres y sobre los pobres de nuestros pueblos; las contradicciones parecen hacerse cada vez más agudas, aumentando la masa de excluidos – que no cuentan ni como mano de obra ni como mercado de consumo – y su desencanto y frustración. El mundo parece presentarse como una despiadada carrera con pocos ganadores y muchos perdedores.
¡Date cuenta de ello!
No caigas en las trampas del individualismo y del egoísmo.
¡Reacciona!
Aquí – como en todo – Jesús y su
del Reino te invitan a otra mirada, a otra actitud.
Te invitan a tener el corazón abierto y
sensible a tus hermanos, especialmente los más débiles y pobres.
Una vez más, te invito a escuchar a
Alberto Hurtado. ¡Vale la pena!
“no descansen mientras haya un dolor
que mitigar... Este es mi último anhelo: que se haga una cruzada de amor y
respeto al pobre... porque el pobre es Cristo, Cristo desnudo, Cristo con
hambre, Cristo sucio, Cristo enfermo, Cristo abandonado. ¿Podemos quedar indiferentes? ¿Podemos quedar
tranquilos?”
Y Juan Pablo II, cuando estuvo en Chile,
dijo con fuerza:
“Los pobres no pueden esperar.
Los que nada tienen no pueden aguardar un alivio que les llegue por una
especie de rebalse de la prosperidad generalizada de la sociedad”.
Y continuaba:
“La solidaridad, como actitud de
fondo, implica, en las decisiones económicas, sentir la pobreza ajena como
propia, hacer carne de uno mismo la miseria de los marginados y, a la vista de
ello actuar con rigurosa coherencia”.
Piensa en actitudes solidarias que
puedes hacer por ti mismo y junto con otros
¿Estás inquieto por conocer lo que
pasa en la ciudad, en el país, en el mundo?
Busca en tu Evangelio textos y hechos de
Jesús que hablan de la solidaridad como
el verdadero estilo de vida.
III.- PARA AVANZAR VERDADERAMENTE EN “MI VIVIR”
a)
PROPUESTA DE FORMACIÓN
Para
Avanzar en tu crecimiento personal, te propongo algunos caminos de formación:
Participa
en grupos juveniles en tu parroquia y en tu colegio.
Allí junto con otros descubres
a Jesús y su proyecto de vida
Lee
en forma personal y comunitaria el Evangelio.
Hazte ayudar para su profundización por personas que lo conocen mejor
que tú.
Descubre - a través de la lectura de sus vidas – a tantos creyentes que a lo largo de su existencia se dejaron cautivar por la mirada de Jesús y lo amaron con todo su corazón. Los lamamos santos.
Vive la experiencia de la oración, de ese diálogo íntimo con el Señor. Rezar es “hablar de amistad con aquel que sabemos nos ama” (Santa Teresa de Jesús).
Descubre al Señor en la gracia de los Sacramentos, especialmente el de la Reconciliación y la Eucaristía.
Profundiza en el conocimiento de tu fe. Hay que saber dar razón de lo que creemos.
Conoce la enseñanza social de la Iglesia.
Si estás confirmado, recuerda que es el sacramento del testimonio, del enviado a llevar a otros el mensaje y la persona de Jesús. ¡Sé misionero!
Si te preparas para la confirmación hazlo con gran responsabilidad para recibir ese don con alegría y dejarte transformar por el Espíritu.
Participa en la Eucaristía mensual de la Pastoral Juvenil.
Sé un miembro activo en las clases de Religión en tu colegio o liceo.
Y una invitación especial: participa en los encuentros de oración con quien te escribe esta carta y que te quiere mucho. Infórmate en tu parroquia. ¡Te espero
Etc.,
etc., etc.
b) PROPUESTA DE ACCION
Ahora te propongo algunas acciones que puedes realizar al servicio de los demás. Junto con otros y también tú como persona. Para que desde ahora descubrir la alegría de dar.
Ayuda en la animación de la pastoral de niños en catequesis, en la Santa Infancia.
Visita periódicamente a niños de hogares, a ancianos abandonados.
En la cárcel hay muchos jóvenes presos. Sería hermoso que comunidades juveniles fueran a llevarles el mensaje de Jesús y una palabra de esperanza.
Intégrate a los grupos misioneros en tu parroquia, para junto con los adultos, llevar la Buena Nueva de Jesús a las familias.
Realiza acciones solidarias en tu barrio, población.
Prepárate con otros para servir de monitor en el verano a los niños en los Centros de Evangelización.
Promueve con otros, encuentros juveniles abiertos con temas que puedan ser de interés para tus hermanos jóvenes.
Confecciona diarios murales en tu parroquia, con informaciones e inquietudes juveniles y de toda la comunidad.
Ayuda a formar grupos juveniles cristianos en tu barrio, en tu colegio.
Participa en las jornadas vocacionales femeninas y masculinas que te ayudarán a descubrir el querer de Dios en tu vida.
Participa en los equipos de pastoral de comunicación de tu parroquia.
Intégrate al “grupo de servidores” de actividades diocesanas. (tendrán una “polera especial” de distintivo).
Tu grupo de confirmación tiene que ser un grupo de acción, de compromiso, desde el inicio de tu preparación.
Participa en la gran acción solidaria el 18 de agosto (día del P. Alberto Hurtado.)
Etc., etc., etc.
IV.- CONCLUSIÓN.
Termino esta carta. Me salió un poco larga, pero hecha con mucho amor para ti. Espero que te sirva y que te ayude a dejarte cautivar por la mirada de amor de Jesús que te ama y quiere ayudarte a vivir la vida de manera auténtica.
Déjate cautivar por su mirada. Por la mirada de amor de Jesús.
Como
Pablo de Tarso, el apóstol incansable: “Mi vida es Cristo”
Como Francisco de Asís, el hermano de todos: “Mi Dios y mi todo”
Como Teresa de Ávila, la amiga fuerte de Dios: “Solo Dios basta”
Como
Teresa de Los Andes, la joven chilena enamorada de Jesús:
“Este loco de amor (Jesús) me tiene loca”
Como
Alberto Hurtado, el apóstol de los pobres:
“Santos, santos, hombres y mujeres chiflados por su ideal.
Para los cuales Cristo sea una realidad viviente, su Evangelio un código
siempre actual, sus normas algo perfectamente aplicable a mi vida y que trato de
vivirlo. Hombres y mujeres que se
esfuercen por amar y servir a sus hermanos, como Cristo los serviría”.
Sí.
María, Patricia, Jacqueline, Carolina...; Juan, Francisco, Jorge,
Luis... déjate como ellos, cautivar por la mirada de Jesús, y todo será
diferente. ¡Te lo aseguro!
Te
quiere mucho, tu amigo y hermano obispo
+
Alejandro Goic´ Karmelic´